Sobrevivir a la polarización electoral les fue casi imposible. Ahora con sus bancadas disminuidas, tanto Consenso Federal (CF) como el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) buscarán evitar ser aspirados por los dos polos más fuertes, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, que medirán fuerzas en el Congreso Nacional a partir del próximo 10 de diciembre.

En principio, cada uno de los espacios seguirá la agenda que mantuvo sobre el final de la era Macri. Es decir:  Consenso Federal intentará representar la agenda de los gobernadores y el FIT enarbolará su discurso de minoría,se aferrará a las históricas banderas de la izquierda y tratará de sacar algún rédito a futuro de su posición respecto del pago de la deuda externa.

Dentro de ese escenario marcado por los recientes resultados electorales, Consenso Federal es el espacio que más sufrirá. No sólo por la disminución de su volumen político dentro del Parlamento sino también por el cachetazo electoral que recibió en Salta y que dejó fuera de la Cámara a Pablo Kosiner. El salteño, más allá de ser la voz de Juan Manuel Urtubey, había logrado constituirse en una referencia para los acuerdos parlamentarios del peronismo no kirchnerista.

Desde CF advierten que «el bloque va a articular con el Frente de Todos pero va a tratar de mantener una independencia para poder jugar la agenda de los gobernadores. Eso facilitará el debate en temas clave como el Presupuesto o cuestiones vinculadas a los intereses de las provincias».

Dentro de los bloques provinciales que responden a los mandatarios peronistas y que componen hasta ahora el espacio de Alternativa Federal conviven diversas posturas. Algunos pocos seguirán a partir del año que viene con el sello de CF, otros se refugiarán en sus bloques provinciales para pasar a ser parte del interbloque del Frente de Todos y, otros, como suele hacer el PJ de La Pampa o el PJ de San Luis, mantendrán su bloque por fuera del armado formal del oficialismo para tener más libertad y más posibilidad de negociar.

Los agrupamientos que respondan a los gobernadores, que no sean absorbidos por el interbloque que responderá al próximo presidente, y los representantes de CF tienen aún pendiente una reunión de evaluación para analizar el resultado electoral y comenzar a trazar los objetivos a futuro.

Se espera que  la reunión se lleve a cabo antes del recambio legislativo para establecer un criterio de cara a las casi seguras sesiones extraordinarias que convocará Alberto Fernández. Para ese período, más allá de qué respaldo le dé cada legislador a los textos que enviará el Ejecutivo y las modificaciones que se le hagan al presupuesto, la conformación de los bloques no se modificará.

La discusión sobre bloques, interbloques y qué relación se mantendrá con el oficialismo se dará recién en febrero del 2020, antes del comienzo del período de sesiones ordinarás que Alberto Fernández inaugurará el 1 de marzo.

Por el lado del FIT no habrá sorpresas ni novedades más allá de la reducción de su bloque. Los representantes de la izquierda, que ahora serán dos en lugar de tres, nunca fueron opción de negociación para el macrismo y aparecerán también como última opción en el gobierno de Fernández.

En ese marco mantendrán su impronta habitual de oposición a los planteos de los partidos históricos que habitan el Parlamento e intentarán sostener, como hicieron hasta ahora, una agenda propia que tiene más que ver con lo testimonial que con la posibilidad cierta de construir consensos.

Tanto Romina del Plá como Nicolás del Caño, los dos representantes que le quedarán en Diputados luego del recambio legislativo, ya cuestionaron públicamente cualquier alternativa que se plantee para solucionar la crisis económica que no tenga que ver con la ruptura con el FMI. Algo que, como se sabe, el Frente de Todos no tiene en sus planes por ahora.



Camaño y la nueva «tercera vía»

La diputada nacional Graciela Camaño, una de los tres parlamentarios que el Consenso Federal de Roberto Lavagna logró renovar en el Congreso, advirtió esta semana que su espacio político «no se vinculará al kirchnerismo», en referencia al lugar que piensa ocupar el bloque de Lavagna en el Parlamento, tras las elecciones del domingo pasado, donde el Frente de Todos consiguió control del Senado aunque en Diputados no llega a la mayoría.


«Vamos a conformar un bloque distinto. No esperen que nos vinculemos al oficialismo», afirmó la diputada nacional, que logró su reelección.


El peronismo tendrá control del Senado, mientras que en Diputados será la primera minoría con unos 122 diputados sumando aliados.


Camaño remarcó:  «Lavagna fue muy claro: no vamos a vulnerar el voto que nos dio la gente. Yo fui elegida, la gente me encomendó una misión y no los voy a traicionar», dijo al insistir en la necesidad de «terminar con la polarización».