Un informe difundido hoy por la Secretaría de Trabajo y Empleo da cuenta de un empeoramiento generalizado en los indicadores de empleo en el mes de julio. Los datos elaborados por el departamento de estadística de la cartera laboral incluyen aquellos que surgen del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) de julio y los de la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) de agosto de 2018.

El dato más relevante es el que recoge la EIL en lo que se refiere a las expectativas empresarias porque, habiéndose realizado en la última semana de ese mes, expresa la percepción de los empresarios privados acerca del impacto de la última corrida cambiaria sobre la actividad económica y los niveles de empleo.

El indicador de expectativas netas de creación de empleo se ubicó en un 0,3% y es el valor más bajo registrado desde julio de 2009 cuando, en el pico de la crisis financiera internacional, arrojó -0,4% luego del -1,2% del mes anterior.

El dato refiere a la diferencia entre el porcentaje de empresarios que manifestaron intenciones de incrementar su personal en los próximos tres meses y aquellos que planifican reducirlo. Más de una vez, los técnicos de la cartera laboral explicaron que, para que un mercado laboral sea considerado estable, ese indicador debe ubicarse en el rango que va desde un 3% a un 6%. Hace ya tres meses que se perforó ese piso algo que no ocurría desde octubre de 2014.

Desde junio de 2004, fecha de inicio del relevamiento, solamente hubo seis meses en los que el indicador se ubicó por debajo de ese 0,3% y todos se sucedieron entre noviembre de 2008 y julio de 2009. Para encontrar un mes con un nivel de expectativas similar al de agosto de 2018 hay que recalar a febrero de 2014 cuando el indicador arrojó una diferencia positiva del 0,8%. Se trata de la percepción empresaria recogida un mes después de la fuerte devaluación del peso de enero de ese año.

Desde el punto de vista concreto, la EIL dio como resultado por tercer mes consecutivo en julio una tasa de entrada (contrataciones) de 1,6% cuando se considera que el umbral de estabilidad es del 2% y por encima de un 3% es considerado un mercado laboral sano. El indicador, en ese rango, se acerca a los niveles de la crisis de 2001.

El SIPA, que recoge datos fehacientes acerca de lo acontecido en julio de este año, dio como resultado la pérdida neta mensual de 61.400 puestos de trabajo registrados de los cuales, según aclararon desde la cartera laboral, 47 mil corresponden a bajas del monotributo social agropecuario como resultado de un empadronamiento que está en curso. Con todo, en un mes, se resignaron 7.300 empleos del sector privado medidos en forma desestacionalizada. En sólo un año la industria resignó 28 mil puestos de trabajo que representan un 2,3% de los trabajadores registrados en julio de 2017.

Por el lado del salario, el informe indica que, en forma interanual, se registró una pérdida del poder adquisitivo promedio equivalente a un 6,1%. La mediana del salario, que divide la muestra por mitades se redujo un 8,8%.