Las reuniones familiares alrededor de la mesa de Navidad y Año Nuevo; las caras de felicidad de los chicos a la hora de abrir los regalos; el veranito en la Costa, bajo la sombrilla, apreciando el bello paisaje que ofrecen las olas, la arena y los trajes de baño. Esa hermosa postal será una bomba para el bolsillo de los argentinos, que deberán pagar un 66% más de lo que pagaron en 2015, con un salario que creció en un 30 o 35 por ciento. Las vacaciones costarán un 50% más que en la temporada pasada, según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

Si una familia tipo quiere parar en el mismo modesto departamento de tres ambientes de Mar del Plata, por el cual el año pasado pagaron $ 12 mil la quincena, este año deberán desembolsar $ 17 mil. Si el pibe que recién terminó la secundaria no labura, va a ser muy difícil que se vaya a la Costa con un par de amigos: un típico departamento de dos ambientes pasará de $ 8000 a $ 14 mil. La parejita de enamorados, en tanto, pasará de pagar $ 7000 por una quincena en un ambiente, a gatillar $ 11 mil.

Para aquellos que prefieren pagar hoteles por noche, la habitación doble de 3 estrellas pasó de $ 900 a $ 1200, mientras que la de 4 estrellas pasó de $ 2800 a $ 4000; en este último caso, se puede decir que la noche cuesta mil pesos por estrella.

A la hora de ir a la playa, 15 días de una sombrilla austera pasará de $ 6000 a $ 8500; en tanto, una un poco más cómoda pasará de $ 7000 a 12.500 pesos.

Los que van en auto a la Costa tendrán que pagar unos $ 4000 entre nafta y peajes, contra $ 3000 del año pasado. La comida aumentó también en un 50%, con lo cual una cena afuera cuesta unos $ 300 por persona (hace un año, $ 200). Si en dos semanas, una familia (dos adultos y dos menores, estos últimos a mitad de precio) va cuatro veces a comer afuera, gasta unos $ 3600. ¡Marchen fideos para amortizar!

Navidad

La Navidad de los argentinos se parece cada vez más a la retratada por León Gieco en su canción «La Navidad de Luis». Precios disparados, malabares de las empresas para que no caiga el consumo y manotazos de ahogado del gobierno.

La caída del consumo en supermercados y almacenes de un 5,9% reconocida por el Indec no es ajena a esta festividad (ver aparte). Para evitarlo, las empresas recurren a mañas como achicar envases. Por el mismo dinero, en estas Fiestas la sidra no será de un litro, sino de tres cuartos, por ejemplo. Downsizing, se le llama en el management. Estafa, podría ser otra denominación. «Es un aumento encubierto. Hay primeras marcas que venden entre un 20 y un 25% menos de producto por envase, al mismo precio e incluso más caro», contó a Tiempo Héctor Polino, titular de Consumidores Libres (CL).

CL realiza un relevamiento anual en el Conurbano Bonaerense sobre una veintena de productos de consumo habitual para estas fechas: asado, budín, garrapiñadas, pan dulce, sidra, turrón, ananá fizz, etc. La cena –advierten– costará este año casi 1700 pesos, contra los 1300 de 2015. Esto implica un incremento promedio del 28,4 por ciento.

«Lo más llamativo es que la canasta más barata creció en porcentajes superiores a la premium. Eso se debe a una mayor demanda de la canasta económica. El proceso recesivo es muy importante, con una pérdida del poder adquisitivo muy grande. Los salarios no aumentaron en la misma proporción que los artículos de consumo cotidiano. Esto se traduce en un deterioro en el nivel de vida y, por supuesto, las Fiestas no son ajenas a esta problemática», explicó Polino.

A nivel nacional, un informe realizado por el Instituto de Estudios de Consumo Masivo (Indecom) indicó que el incremento de precios es aun mayor: 39% promedio, sobre 30 productos. «Esos datos corresponden a un sondeo que se realizó sobre 86 supermercados de grandes cadenas y 543 autoservicios de proximidad en el ámbito geográfico de la Ciudad de Buenos Aires, Gran Buenos Aires, Rosario, Mar del Plata, Córdoba, Posadas, Corrientes, Mendoza, Paraná y Tucumán», enumeró el informe.

Juguetes, caros

Los juguetes son un pilar de los gastos navideños. Sin hablar de los muñecos de marca que más requieren los chicos (y algunos grandes, también) como los renovados héroes de La Guerra de las Galaxias, basta con marcar que el Droid BB-8 puede llegar a valer 4000 pesos, mientras que la máscara de Kylo Ren está en torno de los 1500 pesos.

Desde la Asociación Argentina de Empresas de Juguetes y Afines (Aadeja) estiman que el promedio de venta por juguete será de $ 200 y $ 250. «En el Día del Niño, el ticket promedio ha sido de $ 300 ($ 100 menos que en 2015). Para Navidad se espera un monto apenas inferior por regalo», aseguran en la entidad. Es decir, esperan que la gente gaste un poco menos plata en regalos cuando la inflación de estos cinco meses acumula un 25%. En este rubro, los precios aumentaron solo en un 20% (la inflación anual ya suma un 43%) para hacer frente a la caída del consumo y a la avalancha de importaciones y poder así «mantener la productividad y el empleo», según dijo el presidente de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ) Matías Furió en una entrevista con Ámbito Financiero.

En la misma charla, Furió explicaba por qué los juguetes no podían comprarse con Ahora 12. «Es un plan que se creó para industrias en crisis. La industria del juguete no está en esa situación. No podemos pedir que el Estado financie con dinero de todos algo que no se necesita». Pero 12 meses después, la CAIJ no solo ingresó al programa, sino que se extendió al Ahora 18, lanzado por el gobierno para paliar la crisis. En el mismo orden, CAIJ firmó un acuerdo con el Estado para sostener media docena de productos a «precios cuidados», al tiempo que el gobierno puso un freno a las importaciones chinas del sector, para evitar una mayor caída de ventas de la industria local.

Producto de estos malabares, con aumentos a la baja de la inflación y con la gente pagando durante un año y medio los juguetes que comprará para esta Navidad, el sector espera que las ventas no caigan de manera significativa. En la actualidad, el rubro pelea para que no se pierdan puestos de trabajo, cuando el crecimiento de empleo en ese sector fue del 1700%, entre 2003 y 2015.

Con el ticket promedio especulado por Aadeja, una familia con dos hijos, que quiera hacer tres regalos básicos a cada uno, tendrá que desembolsar unos $ 1500. En términos nominales, no hay mucha diferencia, pero sí con respecto al poder adquisitivo. Es decir, juguetes de menor calidad. Además, será difícil encontrar puestos callejeros, ya que la recesión y la caída del consumo redujeron en un 41% la venta ilegal, según la Cámara Argentina de Comercio. Por lo cual, es probable que haya algunos juguetes menos en el Arbolito.

A la hora de las vacaciones, el número inflacionario crece, ya que en verano, en la Costa se aplica siempre «el precio turista»; de ahí, que el aumento para vacacionar sea del 50%, en lugar del 43% de inflación general. Con respecto a la mesa navideña, el aumento del 28% señalado por CL para el Conurbano parece más benévolo de lo esperado, mientras que el 39% de Indecom para todo el país luce más acorde con la inflación.

Sin recurrir a los aumentos más importantes para armar un ejemplo, un matrimonio del Conurbano con dos hijos (precios de CL), para costear la mesa de Navidad y Año Nuevo, un viaje en auto a la Costa, una quincena de alojamiento en un departamento más la sombrilla (precios CEPA) tendrá que pagar 40 mil pesos. El año pasado, lo mismo se obtenía con $ 26.600. Es decir, un aumento del 66%, contra un salario que creció en un 30-35%; todo, en el marco de una inflación general del 43 por ciento. ¡Felices Fiestas! «