El Gobierno anunció el martes con bombos y platillos los resultados del blanqueo de capitales, que dejaron una cifra récord para este tipo de propuestas: 116.800 millones de dólares. Se blanquearon u$s 93.300 millones en el exterior, lo cual significa el 80% del total, y u$s 23.500 millones en el país. Economistas de las más diversas corrientes vinculan al éxito con la posibilidad de dejar el dinero blanqueado en el exterior y advierten que es difícil se transforme en inversión productiva. Además, la tentación de «la bicicleta» y el blanqueo del futuro negro.

La apuesta más fuerte del Gobierno en torno al blanqueo es la posibilidad de que ese dinero se invierta en el país. Pero muchas dudas surgen alrededor de esa premisa. En primer lugar, está la tentación de la «bicicleta financiera». Las altas tasas en pesos del 24% anual, en complicidad con un dólar planchado, se convierten en una invitación que no beneficia a nadie más que al operador. La movida es simple: pesificar esos dólares, recoger al cabo de unos meses los frutos de esas tasas y volver a dolarizar.

Ramiro Castiñeira, economista jefe de la consultora Econométrica y que suele compartir la visión económica del Gobierno, analizó: «Es positivo, es alentador, pero tampoco significa la salvación. Es un ladrillo más en la reconstrucción del país». Al mismo tiempo, advirtió que «el blanqueo se dio cuando EUA empezó a apretar las clavijas exigiendo mayor información sobre el origen de los fondos. De hecho, la mayoría de los que blanquearon tienen cuentas en EUA. No hay que sobredimensionar el impacto que tendrá en la economía porque mucho de lo blanqueado quedó en el exterior. No hay que olvidarse que un gran secreto de este éxito es que podías blanquear sin traer el dinero (la obligación es de sólo por seis meses). Con blanqueos anteriores, debías traerlo».

Con respecto a las eventuales inversiones, sostuvo: «Ayuda, por supuesto. Pero lo que determina que haya más inversión en Argentina no es el blanqueo. Las inversiones van a llegar si se mejoran las condiciones macroeconómicas y si se evita que la polarización política influya de manera negativa en el ánimo de los posibles inversores. Esto último ocurre cuando se escuchan expresiones de cerrar la economia o de aumentar las regulaciones o de volver a regulaciones como antes teníamos. Por ejemplo, (Sergio) Massa hablando de cerrar las importaciones por 90 días».

Por su parte, el diputado nacional por el FIT-PO Gabriel Solano coincidió en la incidencia de no estar obligado a repatriar los capitales. «Si Argentina tiene 400 mil millones en el exterior, significa que después de un blanqueo muy generoso, siguen dos tercios afuera. Además, de quienes blanquearon, la gran mayoría eligió dejarlo afuera, pese a tener que pagar más impuestos. No han logrado hacer que la plata se invierta en el país, ni siquiera ofreciendo a los evasores un negocio redondo», graficó.

Además, alertó sobre una operación espuria dentro del blanqueo: «Una parte de lo que se blanqueó está exagerado. Los evasores blanquearon más de lo que realmente trajeron, con la intención de poder mantener blanqueado el negro que muevan en el futuro. Si yo tengo 50 y digo que tengo 100, me quedan a futuro 50 para manejar que ya están blanqueados».

Solano explicó que «la compra de inmuebles es una inversión relativa. Si yo compro una casa que ya existe, la economía no se movió nada, excepto lo que se lleva la inmobiliaria. La inversión sirve al país en la medida que sea productiva. No sirve como inversión al país que alguien compre una empresa que ya está hecha».

Finalmente, concluyó: «La contradicción final es que en un esquema parasitario como el actual, esto genere mayores contradicciones económicas porque lo que termina por producir es una revaluación del peso frente al dólar y, por lo tanto, una mayor caída de la actividad y un mayor déficit comercial».

Hernán Letcher, economista de CEPA y concejal por el FpV en San Martín, opinó: «Sólo se prevee que entre el 7 y el 10 por ciento pueda llegar a volcarse en la economía argentina. Sirvió para bajar el déficit del año pasado y que no sea escandaloso. Fuera de eso, no mucho más».

Con respecto a la recaudación impositiva, Letcher advirtió que el tiro puede salir por la culata. «En general, Bienes Personales es lo que debitarán este blanqueo. Lo redujeron este año del 1.25% al 0.75%, el año que viene, al 0.50%, y el siguiente, al 0.25%. Además, quienes reafirmaron sus declaraciones juradas (quienes no necesitaron blanquear para estar en regla) no pagarán Bienes Personales por 3 años. Mis cálculos, dan que se termina por reducir esa recaudación; en el mejor de los casos, terminará empatado», analizó.

Además, agregó: «Los bonos que plantearon a 5 y 7 años, que eran la gran apuesta del Gobierno, no tuvieron éxito. El negocio lo van a hacer los bancos. Si vos dejaste la plata en la sucursal, ellos en lugar de invertir en actividad productiva, lo van a invertir en Lebac».

El detalle del anuncio y la expectativa del Gobierno

El plan de blanqueo oficial de divisas resultó en 116.800 millones de dólares exteriorizados, anunciaron el martes el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne y el titular de la AFIP Alberto Abad.

La cifra récord a nivel nacional y una de las más importantes de la historia a nivel internacional, significa el 1.8% del PBI. «En dos meses vamos a arrancar con la segunda etapa del sinceramiento», adelantó Abad. El Gobierno espera obtener una recaudación fiscal importante, ya que ese dinero tributará en Bienes Personales y en Ganancias, además de la multa que se cobró a quienes ingresaron al programa por las leyes hubieran quebrado a la hora de mantenerse en la oscuridad.

Esta medida «permitió dar un paso, salir de la oscuridad, de la informalidad, lo que va a iniciar un círculo virtuoso», confió Abad, quien explicó que el Sinceramiento Fiscal aportó unos 28 mil millones de pesos a los ingresos tributarios. Con esa inyección, la recaudación impositiva creció un 54.1%, con relación al mismo mes del año anterior. «Prácticamente se duplicó la base imponible», agregó, ya que la misma pasó de u$s 116.000 millones a u$s 226.000 millones.

Dujovne dijo que el Gobierno va a seguir «ordenando la economía para que quienes tienen fondos en el exterior sigan eligiendo la Argentina. Es una economía que empieza a crecer y generar oportunidades de inversión rea y financiera que pueden ser canalizadas». «Es como si 220 countries de 500 casas cada una salieran a la luz a lo largo y lo ancho del país», destacó Abad, en una rara comparación.

Las inversiones exteriorizadas en el país fueron u$s 900 millones; las del exterior, u$s 55.000 millones. De estás ultimas, el 30% se encontraban en Estados Unidos; 26%, en Suiza, y 15%, en Islas Vírgenes. Por el lado de los inmuebles, la valuación total fue de u$s 21.500 millones. Son 110.000 inmuebles en Argentina y 57.000 inmuebles en el exterior.