Hubo problemas con el arquero durante el Mundial. Internas entre los dirigentes de la AFA. Una lesión de un jugador en la previa y un llamado a otro a último momento, que terminó como titular en el partido de la eliminación. Discusiones en pleno entrenamiento. Días pesados en la convivencia. Y la urgencia de una planificación del fútbol argentino, de practicar un juego moderno que mire a Europa.

Es el después de Suecia 1958. La derrota 6-1 ante Checoslovaquia en Helsingborg pasó a la historia como «El desastre de Suecia». Seis décadas más tarde, parte de la escena parece repetirse: la derrota 3-0 ante Croacia en Nizhni Nóvgorod volvió a marcar un quiebre en el fútbol argentino. Después de Rusia 2018 la palabra de moda no es «desastre»: es «refundación».

En abril del año pasado, Claudio Tapia, presidente de la AFA, quería a Mauricio Pochettino, pero Daniel Angelici, vice, torció el rumbo hacia Jorge Sampaoli. La puja, ahora, se refunda: Tapia quiere a José Pekerman como director general de selecciones. Angelici, en cambio, piensa en Alejandro Sabella como mánager. Y recién después, la elección del nuevo entrenador. Tapia y Angelici eligieron en ese cargo a Burruchaga hace 14 meses. «Esta vez el presidente no se va a apurar», dice un dirigente cercano a Tapia, que pone como instancia clave la reunión del Comité Ejecutivo del 31 de julio. Ahí es mayoría. Gana contra Angelici en la rosca. Pochettino (con contrato en Tottenham hasta 2023) y Diego Simeone (en Atlético de Madrid hasta 2020) eran las primeras opciones entre los dirigentes. No están interesados en romper sus vínculos.

«Antes de nombrar a un técnico, uno que se adapte a cualquier sistema, moderno, de buena relación con los jugadores, hay que nombrar un director general. Si elegís primero a un técnico, después de la Copa América Brasil 2019 vas a estar eligiendo a otro –dice Nicolás Russo, presidente de Lanús y vocal en el Comité Ejecutivo–. Hay que armar un proyecto nuevo, con un coordinador de juveniles que pueda ser el próximo técnico de la mayor de acá a ocho, diez años». Hermes Desio, actual coordinador de las juveniles, fue nombrado también hace 14 meses, antes incluso de la designación de Sampaoli, quien tenía como preparador físico a su hermano Jorge Desio. «No sé qué significa la refundación. ¿Empezar todo de cero? ¿Los campeonatos, estadios, estado de las canchas? ¿Sólo una refundación en juveniles? Nosotros tratamos de jugar torneos, armamos dos selecciones Sub 17, hicimos estudios genéticos a los chicos, hemos recorrido clubes del interior y del Ascenso, congresos de coordinadores, creamos hasta un software para estar comunicados entre todos los departamentos, y el trabajo se ve a largo plazo», señala el coordinador de juveniles.

A 60 kilómetros del aeropuerto de Málaga, sur de España, está el Marbella Football Center. La AFA quiere disponer del predio para resguardar el talento. La propuesta a Tapia se la acercó hace más de un año el empresario Guillermo Tofoni, que asegura costo cero. También se definirá a fin de mes en el Comité Ejecutivo, aunque Angelici ya lo calificó como un «despropósito». «La semana pasada trajimos a Ezeiza a Luka Romero, que tiene 13 años y juega en Mallorca. Esta semana, a Nicolás Mercado, categoría 2002, que está en el Pescara de Italia. La intención es acercar a los chicos a Marbella, no a Ezeiza», cuenta Desio.

La AFA no tiene un registro oficial de cuántos juveniles argentinos están en las categorías formativas en clubes del exterior. En Europa, estiman, hay más de 300. Es un trabajo de hormiga del que incluso forman parte las embajadas. «No entiendo el motivo. A nosotros, cuando nos informaban que había un chico argentino, lo íbamos a ver. Siempre estuvo esa idea pero mi viejo nos sacaba cagando: ‘Los clubes no tienen para comer y vos querés poner una oficina en Europa’. Si hay un chico que anda bien en el exterior, el padre o el representante te llaman para que lo veas. Y viajás», afirma Humberto Grondona, director de selecciones juveniles entre 2009 y 2013. La Sub 17 que preparaba Grondona para el Mundial de Emiratos Árabes Unidos 2013 se entrenó en ese predio en Marbella, donde Gabriel Calderón y Claudio Caniggia pasaban a diario a saludar a los pibes, entre los que estaba Cristian Pavón.

Messi no jugó el Mundial Sub 17 de Finlandia 2003 porque en la AFA no sabían que existía. Ese es el argumento que se repite acerca de para qué tener un predio en Marbella. En la última década de las juveniles –Sub 20, 17 y 15– sólo hubo cuatro casos de chicos argentinos formados en Europa que disputaron un Sudamericano o un Mundial: Federico Cartabia, Maximiliano Rolón, Emiliano Buendía y Santiago Colombatto. En esta misma década, desde la salida de la gestión Pekerman-Tocalli en 2007, Argentina no clasificó a dos Mundiales Sub 20 –2009 y 2013– y los juveniles no nutrieron a la mayor: en Rusia apenas aparecieron Pavón, Nicolás Tagliafico y Eduardo Salvio. La Sub 20 debutará el próximo domingo ante Venezuela en el torneo de L’Alcúdia, donde brilló Mauro Icardi en 2012 y Lautaro Martínez en 2016. La dirigirá Lionel Scaloni, exayudante de Sampaoli, y Pablo Aimar, DT de la Sub 17.

Mientas, las divergencias entre Tapia y Angelici continúan. Y hasta las hacen públicas. La distancia que los separa –Tapia está de vacaciones en Europa, Angelici en la pretemporada con Boca en Florida– no sólo es geográfica. Otro punto a tratar es Lionel Messi. Cuándo –y cómo– retornará a la Selección en caso de que quisiera seguir con la camiseta argentina. Angelici puntualiza cada vez que puede que Messi está en el futuro. Sabe que es la gallina de los huevos de oro que trae amistosos y publicidad: dinero. Otros dirigentes de la órbita de Tapia, sin tapujos, hablan en público de un «descanso» de Messi y los históricos, los que incidieron en los últimos entrenadores. «Hoy es el proyecto más allá del nombre del técnico –dijo Tapia–. Sentimos frustración con lo que pasó con Sampaoli. Nos la jugamos en aquel momento porque fuimos a buscar al número uno. Él también porque tuvo que salir del Sevilla».

Guillermo Stábile había sido el entrenador de la Selección durante 19 años hasta Suecia 1958. En 2004, Marcelo Bielsa, último en cumplir un ciclo mundialista, se quedó sin energía y asumió Pekerman. Fueron, desde entonces, diez entrenadores en 14 años. La AFA vuelve a ponerlo en primer plano. Aunque, es cierto, ya no hay una persona que condense el poder de decisión.