El estreno de la quinta temporada de Black Mirror es la noticia de la semana en el mundo de las series. Con tres nuevas entregas de poco más de una hora, su creador, Charlie Brooker, intenta mantener el espíritu y no decepcionar a sus seguidores.

Desde su primera temporada en 2011, Black Mirror se presentó como un conjunto de historias oscuras y asfixiantes que en cada capítulo nos dejaba angustiados, asustados o reflexivos. Esa característica sólo supo trastocarse en algunos episodios con finales felices y en la recreación previsible de los géneros cinematográficos tradicionales.

El primero de los nuevos capítulos se titula «Striking Vipers», una historia que se centra en un videojuego de realidad virtual. Dos amigos que no se ven hace tiempo juegan a distancia y descubren que sus personajes avatares además de pelear pueden atraerse sexualmente. Danny lucha tras el personaje de Lance y Karl con la rubia Roxette, quienes mantienen encendidos encuentros en cada round. La delgada línea entre virtualidad y presencialidad los perturba al punto de generar un conflicto. Con efectos visuales y tensión dramática es quizás el capítulo más consecuente con el devenir de la saga.

«Smithereens» es un episodio de acción que cuenta dos historias a la vez. Asentado en muy buenas actuaciones, propone una crítica al uso extremo de las redes sociales. Presenta una lucha entre asumir la responsabilidad subjetiva por el uso de la tecnología y la responsabilidad que corresponde al mundo corporativo que crea la tecnología para que sea adictiva. Una vida está en juego y solamente el dueño de la red social puede hacer algo. Tanto el primero como este capítulo nos demuestran el corrimiento del característico recurso narrativo de la distopía.

Por último, «Rachel, Jack y Ashley Too» se centra en la vida de una estrella de la música pop que lanza al mercado una muñeca robot con su personalidad que puede interactuar con sus fans. Una chica sin amigos y con una conflictiva relación con su hermana la recibe como regalo de cumpleaños. Protagonizado por Miley Cyrus, por momentos parece un capítulo publicitario que utiliza una cara conocida para atraer a un público más joven. Es el que más se aleja de la oscuridad tradicional de Black Mirror, por lo que no parece ser el camino más acertado para la continuación de la serie.

Por definición, la industria de la cultura se asienta en la producción en serie de objetos donde el valor simbólico prevalece al económico. Cada tanto esta reiteración con otro nombre nos sorprende con apuestas originales. Es el caso de Black Mirror en los albores de esta década, mostrándonos con creatividad los potenciales problemas de la sociedad contemporánea signada por las tecnologías.

La quinta no es su mejor temporada, pero tampoco es decepcionante. Plantea algunos desplazamientos de guión que en general no afectan su género ni su propuesta estética. En primera instancia deja de lado su característica dimensión distópica, la cual nos permite repensar en la actualidad acciones sucedidas en un futuro indeseable. Las historias no acontecen en sociedades opresivas determinadas por tecnologías, sino que se centran en objetos y plataformas aislados que empujan las voluntades de algunas personas. Finalmente, la serie no innova presentando tecnologías de extrema originalidad. Un juguete, un videojuego de realidad virtual o una red social omnipresente, más allá de los recursos de la ciencia ficción, son tecnologías con las que interactuamos en la actualidad.

Donde nunca defrauda es en el tratamiento del lenguaje, la música, los escenarios y los efectos visuales. Además de no renunciar a tematizar profundas dimensiones de la condición humana. La sexualidad, el duelo y la soledad, en tensión con las tecnologías, podrían ser las temáticas síntesis de los nuevos episodios.

Desde su pasaje de la televisión inglesa a Netflix la serie se masificó y se constituyó como un verdadero evento mediático. Así lo es este nuevo estreno, una cita ineludible para los amantes de la ciencia ficción en serie. «

BLACK MIRROR – 5TA TEMPORADA

Creador: Charlie Brooker. Directores: Owen Harris, James Hawes y Anne Sewitsky. Elenco: Anthony Mackie, Yahya Abdul-Mateen II, Damson Idris y Miley Cyrus, entre otros. Disponible en Netflix.