Finalmente, el gobierno nacional anticipó el descongelamiento del precio de los combustibles 15 días y autorizó un incremento del 5% a partir de la hora cero de este viernes. Al mismo tiempo, facultó a las empresas petroleras a aumentar un 5,6% el precio del dólar de referencia para el comercio de petróleo dentro del país.

El gobierno adoptó el congelamiento de crudo y sus derivados tras las elecciones primarias del 11 de agosto, luego de una suba del valor del dólar del 27 por ciento. El argumento oficial apuntó a que se buscaba “aliviar” la suba de los precios, pero desde sectores políticos se aseguró que la decisión buscaba mejorar las posibilidades electorales del gobierno.

El congelamiento debía durar hasta el 14 de noviembre, pero la presión de las petroleras –tanto de las que producen como de las que refinan- se hizo insostenible para el gobierno. Incluso, varias empresas iniciaron juicios contra el Estado por el congelamiento.

La suba en los surtidores y en el valor del crudo es la segunda que se adopta tras el congelamiento. Desde el gobierno aseguraron que se trata de una medida “coyuntural” y que el 14 de noviembre volverán a discutir con las empresas el “futuro” del mercado de combustibles.

A través de un comunicado, la Secretaría de Energía explicó que la medida se adoptó “con el objetivo de amortiguar el impacto de la finalización del periodo de vigencia establecido en el decreto 566/2019 en los precios en surtidor”.

Los dichos oficiales anticipan que habrá más aumentos desde el 14 de noviembre. De hecho, las petroleras quieren una suba del 20% en los precios de las naftas y el gasoil.

El aumento busca también «prevenir eventuales problemas de desabastecimiento que pudieran ocurrir y que la Secretaría se encuentra monitoreando de forma permanente junto con las entidades empresarias y de consumidores».

Sin embargo, el argumento se agota en la propia experiencia de Cambiemos con el tema petrolero. El gobierno resolvió liberar tanto la producción como el comercio interno del crudo, además de los precios de los combustibles. Con el dólar por las nubes, esta decisión ha significado una enorme transferencia de recursos desde los bolsillos de la población y los sectores productivos que son usuarios de combustibles.

Este jueves, por caso, la Sociedad Rural advirtió que una suba del gasoil del 20% implicaría un costo para la actividad agropecuaria de 620 millones de dólares, que irían a parar a los bolsillos de las refinerías.