Las empresas de petróleo y gas recibieron al menos 176 mil millones de pesos desde 2013 de manos del Estado con el objetivo de incrementar la producción de hidrocarburos. Pero tanto la producción como la inversión cayeron en este período o apenas aumentaron.

Según un estudio realizado por Alejandro Einstoss, investigador del Centro de Estudios de la Regulación Económica de los Servicios Públicos (Ceres) de la Universidad de Belgrano, estas transferencias se deben a que «nuestro país mantiene una política de precios internos artificialmente altos tanto para el petróleo crudo como para el gas natural».
En el caso del gas, se aplica desde 2013 el plan Gas Plus, por el cual se transfirieron a las empresas del sector, según datos del Ministerio de Energía que dirige Juan José Aranguren, $ 72.500 millones, de los cuales $ 43.073 millones corresponden al año 2016. El monumental salto se debe a que el tarifazo del año pasado impulsó los precios del gas, además de dolarizarlos. Einstoss indicó que este plan tomó el 53% de las transferencias energéticas en el primer trimestre de este año, con lo que «la tendencia se consolida».

El investigador señaló que la producción de gas «se ubica en niveles similares al año 2013, es decir, estamos a foja cero». Vinculado con esto, cayó la cantidad de pozos en actividad en relación con la cifra de 2012.
Einstoss señaló que en 2016 «se subsidió la producción de gas en un monto equivalente a toda la inversión anual realizada en la producción de hidrocarburos, incluida Vaca Muerta, por un monto de U$S 2900 millones».
Respecto del petróleo, el investigador del Ceres consideró que la implementación del llamado «barril criollo» desde 2014 «implicó para los consumidores argentinos pagar los combustibles más caros de la región».
Esta política, que establece un precio interno del crudo más caro que el internacional, «representó transferencias desde los consumidores hacia las empresas productoras de petróleo por aproximadamente U$S 6500 millones para los años 2015 y 2016 sumados».

Pero al igual que en el caso del gas, la producción de crudo y la inversión no repuntaron a pesar de esa inyección de dinero. La producción de crudo cayó en 2016 un 5% en relación con la de 2013. En el primer trimestre de 2017 fue un 7% menor que la del mismo período de 2016. Las inversiones comprometidas para el no convencional en este año son un 9,7% superiores a las de 2016. «