La nueva suba de las tasas de interés que decretó el Banco Central la semana pasada acentuará la situación compleja en la que se encuentran las pymes, según expresaron a Tiempo distintos referentes del sector.

Según ellos, las tasas de interés «recontraaltas» están cortando toda posibilidad de financiamiento de corto plazo.

«La consecuencia concreta de la suba de tasas al 40%, primero, y luego al 45%, ha sido una acentuada caída de la actividad industrial y comercial de las pymes», dijo a Tiempo Pedro Cascales, secretario de Prensa de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

La entidad indicó la semana pasada que la producción de las pymes industriales cayó un 7,3% interanual en julio pasado. Cascales adelantó que el anuncio de las ventas minoristas de los comercios durante agosto –que se hará esta tarde– dará una caída igual o mayor.

«Esto es consecuencia de las altas tasas de interés. Tienen un efecto muy negativo sobre todas las pymes», agregó.

El BCRA elevó su tasa de interés de referencia al 60% anual el jueves pasado. Hasta ese momento estaba en el 45%, nivel que impuso la autoridad monetaria el 13 de agosto. Antes, era del 40% desde el 4 de mayo.

«La experiencia indica que las pymes se están descapitalizando porque estos niveles increíbles de tasas de interés no son compatibles con la producción», dijo Eduardo Fernández, titular de Apyme, una asociación de pequeñas y medianas empresas de alcance nacional.

«Nuestros especialistas aseguran que estas tasas llegaron para quedarse, que estarán en estos niveles por un tiempo largo», agregó Fernández. De hecho, el BCRA aseguró que el nivel del 60% se mantendrá «al menos hasta diciembre».

«Nos habían dicho que las tasas altas serían por pocas semanas, hasta superar el problema financiero. Sin embargo, ahora el BCRA las plantea hasta diciembre», reclamó Cascales.

En las pymes, las altas tasas profundizan los problemas previos, generados por la caída de la actividad: esta hace que el giro comercial sea menor al previsto; entonces, para cubrir los baches del día a día precisan financiamiento de corto plazo, «pero ahora está fuera de nuestro alcance», explicó un empresario autopartista. En estas condiciones, agregó, «muchas pymes comenzarán a languidecer ya que para los empresarios va a ser mejor no producir hasta que mejoren las condiciones económicas y financieras».

De acuerdo con todos los consultados, las pymes sobreviven privilegiando el pago de salarios y postergando otras erogaciones. «Hoy existe un importante stock de deuda impositiva que van acumulando las pymes», advirtió Cascales.

La postergación de pagos en la cadena comercial es otra de las vías que se emplea entre las pymes para sobrevivir a la asfixia financiera. Pero el problema es que «se acumulan cheques sobre cheques y como uno no logra generar los ingresos suficientes para cubrir la cuenta corriente, terminan siendo rechazados. Vamos a una ruptura de la cadena de pagos», alertó el empresario autopartista.

¿Cuántas pymes podrán resistir sin recurrir al financiamiento de corto plazo? «La situación es cada vez más complicada para nosotros», aseguró Fernández, de Apyme. Según el empresario, las pymes con mayores dificultades en capital de trabajo o ventas son las que terminan pagando las tasas más elevadas, lo que acelera el ciclo descendente.

Si bien aún no hay estadísticas oficiales sobre la evolución del número de empresas después de la suba de tasas de interés del 27 de abril, cuando llegaron al 30,25% anual, en los medios empresarios pequeños y medianos se comenta que abundan los termómetros que indican graves anomalías.

La devaluación del peso de la última semana, en torno del 21%, agregó más nafta al fuego ya que los plazos largos de pago no incluyen un seguro contra la devaluación de la moneda. Para quienes tienen que comprar insumos cotizados en dólares, es un dolor de cabeza por el desfasaje que se produce ente sus ingresos (desvalorizados) y sus gastos (a valor dólar). «