Cuando la exgobernadora bonaerense María Eugenia Vidal utilizó una conferencia virtual por zoom para pedirle a los integrantes del PRO que busquen votos para 2021 intentó paliar la crisis interna que atraviesa el partido amarillo desde la derrota electoral del año pasado. No fue la única: desde la semana pasada distintos referentes de los sectores que conviven enfrentados dentro del PRO decidieron contener sus diferencias internas y canalizarlas con la zanahoria electoral del año próximo para evitar que los enfrentamientos entre «ultras» y “dialoguistas” tricen la estabilidad del partido que hasta el año pasado detentó el poder central con Mauricio Macri en la Casa Rosada.

Sin el control del Poder Ejecutivo nacional como ordenador de las internas, la complejidad política y económica de la cuarentena aumentó los posicionamientos ante la demanda del núcleo más duro del electorado PRO.  La pandemia hizo crujir la relación entre quienes ratifican su devoción al sector más radicalizado de sus votantes y los que sobrevivieron a la derrota de octubre y desde diciembre fueron reelectos, como el alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y algunos intendentes del conurbano.

Los cruces entre los dirigentes que no tienen responsabilidad de gestión y aquellos que tienen que administrar la crisis fueron amables hasta marzo, pero con el inicio de la cuarentena comenzaron a endurecerse.

A un paso de cumplir los 80 días de cuarentena, la jefa del PRO, Patricia Bullrich, cumple en forma intermitente la tregua que pactó con Larreta para que las diferencias entre ambos no terminen de minar la estabilidad del partido y de los bloques dentro de Diputados y el Senado.

Encerrado en la gestión de la crisis, el alcalde porteño prefiere eludir las peleas públicas con el gobierno nacional y también los cruces con Bullrich. «A los que no gestionan les pedimos que hagan algo más positivo que contarnos las costillas en medio de la pandemia», detalló a Tiempo un habitante de la administración capitalina.

El pedido, junto al incremento de la virulencia interna, fue la fase previa a la temporada de charlas por zoom que realiza Bullrich pero también sus antagonistas más directos como el ex presidente de la Cámara Baja Emilio Monzó y el ex ministro del Interior Rogelio Frigerio. Ambos protagonizan encuentros virtuales para militantes y adherentes, pero con la convocatoria para construir una fuerza de centro.