Como mujeres y disidencias, y como trabajadoras, este 8M adherimos al paro internacional de mujeres trabajadoras, para visibilizar las desigualdades que nos atraviesan y nos pauperizan la vida, nos la quitan.

En el sistema patriarcal, nuestros trabajos se pagan menos, las tareas reproductivas, por estar a cargo de mujeres, no son remuneradas y reconocidas como trabajo, nuestras capacidades y opiniones valen menos. Nuestras vidas valen menos: solamente en los dos primeros meses de 2021 hubo 52 femicidios, mujeres que fueron asesinadas por ser mujeres.

El año pasado logramos conquistar una deuda histórica: el aborto legal. Las mujeres y disidencias seguimos avanzando no solo en la conquista de derechos sino en organización sindical, en redes de cuidado, en organización territorial y en la transformación paulatina de los espacios en los que habitamos, trabajando en la lucha cotidiana que significa tener como horizonte abolir el sistema patriarcal que nos oprime, nos explota y nos mata.

Este año, como trabajadoras de prensa, decidimos dejar vacíos todos esos lugares que fuimos conquistando también al interior de nuestros espacios de trabajo, en las luchas que se dan en cada medio para que haya perspectiva de género, para que no haya situaciones de acoso y para que la igualdad sea una realidad.

Pedimos por una reforma judicial con perspectiva de género, por reconocimiento a las trabajadoras populares, por remuneración por tareas de cuidado; pedimos implementación efectiva de la ley de interrupción voluntaria del embarazo y pedimos que paren de matarnos.

Este nuevo 8M, nosotras paramos.