El macrismo nació como una fuerza política porteña. Y el resultado de las PASO sugiere que volverá vencido al lugar donde se crió. Eso, si la ola de rechazo a las políticas macristas no barren también con las aspiraciones reeleccionistas de Horacio Rodríguez Larreta, custodio de la cuna del PRO.

Disciplinado, el intendente ató su suerte a la de su jefe político cuando hizo modificar la ley para que las elecciones porteñas coincidieran con el comicio nacional. Lo que entonces se imaginó como un envión amenaza ahora con ser el ancla que lleve la definición a un balotaje. Larreta ya vivió la angustia de ese mano a mano: en 2015 le ganó por apenas tres puntos a Martín Lousteau.

La estrecha diferencia provocó maledicencias, que el propio Lousteau alimentó, detallando cómo se habrían hackeado las máquinas utilizadas para el sufragio electrónico. «Pero independientemente de quién gane o quién pierda, hay cosas más importantes que se juegan en una elección», justificó en 2016, cuando ya revestía como embajador del macrismo en Washington. 

¿Qué cosas pueden ser más importantes que el respeto a la voluntad popular en una democracia? El propio derrotero político de Lousteau, que pasó de desafiante a aliado del PRO, sugiere la escala de prioridades que guía al candidato a senador por el «cambio».

La ligazón con las elecciones nacionales y el alud de sospechas sepultó el voto electrónico y restituyó las boletas en papel, en el formato sábana, una tira que se convirtió en la pesadilla de los candidatos del macrismo en todos los distritos del país. 

La presencia del presidente en el extremo de las listas es un lastre que dirigentes y militantes buscan cortar con métodos creativos de bricolaje.

En la Ciudad de Buenos Aires, por caso, en las PASO el oficialismo distribuyó en los cuartos oscuros sábanas dobladas por la mitad, con el rostro de Larreta en primer plano y el de Macri escondido en el reverso. Los fiscales opositores desactivaron esa picardía, pero el antecedente sirve como muestra: el oficialismo está dispuesto a todo tipo de treta para ganar.

«Buen día, aprovecho este canal para poder ofrecer desde la Legislatura de CABA empadronar a todos aquellos que tengan conocidos, amigos, familiares extranjeros en CABA que cumplan son los siguientes requisitos:

1. DNI extranjero

2. Tres años de residencia en CABA y quieran votar a JG de CABA».

La invitación fue posteada el pasado 16 de agosto, a las 9:58. Se encuentra en el muro de Facebook de Macarena Elías, una joven que se presenta como «Estudiante de Derecho. Apoderada y Asistente Administrativa en Asuntos Legales-Lotería de la Ciudad SE». Se trata de una repartición del Estado porteño, dependiente del Instituto de Juegos de Apuestas de la Ciudad. La sigla «JG» en el anuncio refiere a la Jefatura de Gobierno, uno de los cargos locales que los extranjeros residentes están habilitados para elegir.

El ofrecimiento presenta varios interrogantes legales y políticos. El primero: según la Acordada Electoral del Tribunal Superior de Justicia N° 1/2002 –reglamentaria de la Ley N° 334 que habilita a los extranjeros residentes a votar jefe de Gobierno, legisladores y comuneros en la Ciudad– el empadronamiento debe ser realizado en dependencias del Registro Civil o en la oficina del propio Tribunal Superior. Pero el post ofrece hacerlo «desde la Legislatura». ¿Acaso allí funciona una delegación del Registro Civil? Su existencia no consta en la página del organismo. Tampoco en la lista de dependencias de la Legislatura, ni en ningún otro organigrama oficial.

La oficina fantasma no es el único misterio de esta trama. La ley establece que la fecha límite para el empadronamiento de extranjeros venció el pasado 30 de abril. Es decir, un mes y medio antes del posteo en el muro de la joven empleada de la Ciudad. ¿Cómo se ejecuta la presunta martingala para que los extranjeros puedan empadronarse cuando el plazo ya venció? ¿Y quiénes lo harían?

Consultado para este artículo, el gobierno porteño afirmó que «la Legislatura no está haciendo ningún trámite» de ese tipo. La autora del post que dice lo contrario, y el titular de la Legislatura, Diego Santilli, no respondieron. Quizá un fiscal o juez de turno tengan más suerte. Aunque deben saber que la pesquisa tiene sus riesgos: Macarena Elías, la autora del anuncio, es sobrina del abogado Fabián Rodríguez Simón, alias «Pepín», diputado del Parlasur del PRO y uno de los operadores judiciales más activos del macrismo. Están avisados.

Total normalidad. «