Dos ministras del gobierno interino de Francisco Sagasti, decenas de altos funcionarios peruanos y sus familiares e incluso el expresidente Martín Vizcarra se vacunaron de forma fraudulenta y secreta, desatando un verdadero escándalo político en ese pa{is.

“Es una buena radiografía de lo que es una conducta patrimonialista, el uso de las relaciones personales para obtener beneficios que no se obtendrían de otra forma. Eso es una institución en el país”, dijo Carlos Adrianzén, sociólogo por la Pontificia Universidad Católica del Perú.

El escándalo, bautizado como “Vacunagate” por la prensa local, podría afectar al actual presidente Sagasti, quien “tiene una posición débil por los bajos apoyos en el Congreso y por los problemas de la pandemia”.

Por ello, el académico -que se encuentra realizando el Doctorado en Ciencia Política en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM)- consideró que “si se demuestra que existen conexiones sustantivas entre el gobierno de Sagasti y la vacunación secreta, pondría en serias dudas la estabilidad del gobierno y las elecciones programadas para el 11 abril”.

En este sentido, Adrianzén sostuvo que “más allá del problema ético, hay un problema político”, y aseguró que “buena parte del Congreso apuesta por suspender las elecciones” debido al mal desempeño que auguran las encuestas para muchos legisladores.

Sin dudas, “el que queda mal parado es el ex presidente Martín Vizcarra, que se postulaba al Congreso y ahora su credibilidad es cercana a cero” ya que dijo que se había vacunado como parte del estudio clínico del laboratorio chino Sinopharm que provee las vacunas. Lo desmintió la universidad. “El Congreso terminará inhabilitándolo políticamente ya que dispone de esa facultad”, añadió.

Sobre las presidenciales, reconoció que “la gente no termina de engancharse con el proceso electoral” y destacó el crecimiento en los sondeos de Yohny Lescano, “un congresista que combina una mayor participación del Estado con un discurso socialmente conservador”. «