La cifra tiende a producir escalofríos apenas se la lee: las predicciones apuntan a que el coronavirus dejará a más de 83,4 millones de latinoamericanos, arriba del 13% del total, en la pobreza extrema. Aunque la realidad indica que ya antes del coronavirus 67,5 millones se encontraban en esa situación, ahora se sumarán 15,9 millones, nada menos. Los valores no son menos impresionantes si sólo hablamos de pobreza: los tiempos del virus empujarán a unas 28,7 millones de personas adicionales, para alcanzar un total de 214,7 millones. Significa que más de un tercio de los 630 millones de personas que viven en la región (el 34,7%) no tendrá las necesidades básicas satisfechas.

Suena impúdico hablar de estos valores que tienen que ver con seres humanos, que además somos nosotros mismos y nuestros vecinos. Pero provienen de una tercera edición, actualizada de la previa de hace sólo un mes, de la CEPAL. La conclusión suena desgarradora aunque obvia: “El impacto de la enfermedad provocará también una mayor desigualdad en los países del área, entre ellos la Argentina”. La presidenta del organismo, Alicia Bárcena, también con absoluta lógica, reclama que “es el momento de implementar políticas universales, redistributivas y solidarias con enfoque de derechos”. En el informe se advierte que los estratos intermedios sufrirían un deterioro menor “ya que solo el 11% de las personas pasarían a estratos inferiores (10,7 millones), quedando en su mayoría en el estrato medio-bajo (9,1 millones)”. La renta media per cápita se ubicará en su nivel más bajo en varias décadas.

El estudio aclara que la región se enfrenta a la pandemia desde una posición más débil que otras del mundo, y que se notará luego, por caso, en una contracción del PBI de al menos un -1,8%, aunque no se descarta que si la crisis se prolonga alcance el -3% o el -4 por ciento. Esta crisis que deviene del Covid 19 es comparable entonces con la de la Gran Depresión de 1930 (en la que el PBI cayó -5%) y con la de 1914 (-4,9%).

También se reflejará en los puestos de trabajo. Las predicciones son más o menos pesimistas pero hasta se habla de la caída de 31 millones de empleos, lo que equivaldría a poco más del 10,2 por ciento. Estas cifras se complementan con el anuncio de la Organización Internacional del Trabajo, que señala que “se perderán 195 millones de empleos en solo 3 meses» por la covid-19. Si se tienen en cuenta los más de 24 millones de empleos que se habrían perdido en los Estados Unidos, las cifras en el continente y en el mundo son desoladoras.