La Cámara Federal de Casación Penal le concedió hoy el beneficio de la prisión domiciliaria al ex director de Investigaciones de la Bonaerense durante la dictadura militar, Miguel Etchecolatz, condenado por cometer delitos de lesa humanidad, aunque no se hará efectiva por otras causas judiciales pendientes que tramitan en la justicia federal de La Plata. 

Etchecolatz tiene seis condenas por delitos de lesa humanidad y genocidio durante la dictadura y, además, es el principal sospechoso de la desaparición de Julio López en 2006. Este beneficio que le concedió la justicia platense por sus 87 años de edad y por cuestiones de salud, ya que padece un cuadro de hipertensión con riesgo de sufrir un accidente cardiovascular, llega a pesar de que el Cuerpo Médico Forense afirmó en dos oportunidades que su patología se puede tratar en el Hospital Penitenciario de Ezeiza, cárcel en la que cumple su condena. 

Esta semana el juez federal Enrique Kreplac le había otorgado la internación fuera de la cárcel porque, según escribió en el informe, el represor “cursa un cuadro de deterioro físico importante dada la huelga de hambre que está realizando”, pero le denegó la prisión domiciliaria porque “el deterioro de su estado de salud deriva de su decisión voluntaria y libre de someterse a una medida de fuerza consistente en la negativa a ingerir alimentos y recibir medicación”. 

De todas formas, la abogada de la familia de Julio López, Guadalupe Godoy, manifestó que apelarán la medida de la Cámara y aseguró que la actuación de la justicia platense se enmarca dentro de las políticas por derechos humanos que está llevando adelante el gobierno nacional.