La artista Anna-Lisa Marjak tuvo que levantar una exposición porque le prohibieron incluir algunos cuadros en la muestra. La automotriz Fiat que impulsaba la exhibición decidió que dos retratos de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y uno de Cris Miró, la artista trans que cobró fama en los años noventa, iban a ser excluidos.

Según cuenta Marjak a Tiempo, a pedido de la empresa Fiat, para celebrar el centésimo aniversario de su presencia en el país, la pintora fue convocada para realizar una muestra de retratos con el tema “Mujeres célebres argentinas que ya no están” en Galería Sileo el 14 de agosto.  La artista ya había participado en 2007 con “Las mujeres devuelven los peces al río”. A partir de esta experiencia, a la curadora le interesó “que yo trabajaba con la temática de la mujer. Nos pusimos de acuerdo y me puse a pintar».

Con técnica al óleo encaró los retratos de Alejandra Pizarnik, Marta Lynch, Mercedes Sosa, Alicia Moreau de Justo, Sara Gallardo, Lola Mora, Evita y otras. Mientras trabajaba le iba comentando los nombres a la curadora y enviando fotos de los nuevos retratos. Pero cuando le contó que había hecho a Azucena Villaflor y a “Chicha” Mariani, una Madre y una Abuela de Plaza Mayo: “me dijo que no, y argumentó que ‘era muy político’. Por supuesto, yo primero traté de explicarle que en una muestra de mujeres pioneras del siglo XX en el país no podían faltar. Me sacan un pedazo de la historia”.

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A eso, cuenta Marjak, la curadora le responde que Montoneros había asesinado al presidente de Fiat y que se trataba de “un tema delicado”. En rigor, Oberdan Guillermo Sallustro fue secuestrado y ejecutado por el ERP en 1972. En todo caso, la pintora respondió que “Madres y Abuelas eran mujeres comunes que se enfrentaron a la dictadura por sus hijos, por eso son un símbolo, ellas no son asesinas”. Decidió seguir con la muestra y tratar de ir peleando por esos dos retratos.

Más adelante, pintó a Cris Miró, como una representante de la problemática de la mujer trans. Esto resultó en otro inesperado punto de conflicto: “¡Cris Miró, no!”.  Luego de un ida y vuelta, ambas partes cedieron un poco y Fiat aceptó incluir el último cuadro.

Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, fue “creciendo la incomodidad con la prohibición” así que Marjak insistió. Ante esto, la curadora le trasmitió el mensaje de Fiat: no podían presentarse retratos de Madres ni Abuelas ni Cris Miró. “No queremos intervenir, pero queremos un perfil más conservador”. Ante esta última palabra, recuerda Marjak, “ya ni pude pensar, tuve una reacción física de rechazo”.

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Finalmente, la muestra de treinta retratos de mujeres emblemáticas de la historia argentina del siglo XX no se lleva a cabo porque la memoria para algunos debe ser muy selectiva.