¿Cuántos en el último mes tuvieron 38° de fiebre o dolor de garganta y creyeron que ya tenían coronavirus? ¿Cuántos de los que viven en Ciudad de Buenos Aires decidieron agarrar el teléfono y llamar al 107? Hasta el momento, muchos: más de 150 mil. Sin embargo, el dato que resalta es que menos de un 10% de ellos generaron que se active el protocolo por Covid–19, y sólo alrededor de mil demandaron traslados.

«Tenemos un promedio diario de 5 mil o 6 mil llamados, pero estamos en una baja. En la semana del 20 de marzo, cuando hubo toda la ‘paranoia’, por decirlo de alguna manera, llegamos a tener picos de doce mil llamados», revela a Tiempo el coordinador de la Central Operativa del 107, Federico Villagrán.

El equipo es liderado por Alberto Crescenti, titular del SAME, junto a siete asesores, aunque los que tienen la primera tarea primordial son los más de 200 radio operadores. De su criterio (y el cumplimiento del protocolo que baja Nación a todas las provincias) depende que la persona sea o no derivada a un equipo de epidemiólogos del Ministerio de Salud de Ciudad que hablan con la persona y llevan a cabo la primera clasificación, para decidir si aplican el protocolo de Covid–19. «A veces es aconsejarlos, si los síntomas son leves en algunos casos se quedan en sus casas, para no saturar el sistema y evitar que lo propague, o los epidemiólogos acuerdan un seguimiento y en caso de que persistan ciertas pautas, vuelven a comunicarse. Y si es más grave los vamos a buscar, y se coordina con el equipo médico para articular el tema de las camas y la recepción de auxilios en los centros de salud», agrega Villagrán.

A través del teléfono, el radio operador realiza una serie de preguntas, de acuerdo al protocolo, que también va cambiando día a día. Hasta el primer caso de transmisión comunitaria, la consulta obligada era si había venido del extranjero, o si tuvo contacto estrecho con alguien que regresó de viaje. Ahora ya no es excluyente. «También se fueron agregando países. Brasil en un primer momento no era zona endémica, después del 10 de marzo se lo consideró zona probable», resalta Villagrán. Y completa: «Primero se busca una huella epidemiológica, y después, que haya sintomatología compatible. La mayoría llama por fiebre, aunque ahora suelen hacerlo cuando tienen más de un síntoma. Además de temperatura deben tener cuadro respiratorio marcado o dolores musculares. Es una constelación de síntomas. Por otro lado, aunque tenga solo cuadro febril, debemos hacer el chequeo y seguimiento, porque aunque no sea covid–19 puede ser otra patología a revisar. La ciudad sigue funcionando, hay infartos, ACV, no puede ser todo sólo coronavirus».

Actualmente efectivizan alrededor de 50 traslados por día, entre el 1% y el 5% de los llamados diarios. El especialista sostiene que la cantidad de llamados no es preocupante: «con la central que tenemos, se puede soportar. El problema mayor es el volumen de pacientes graves, por eso es tan importante aplanar la curva y estirar el pico, para que el sistema de salud pueda dar respuesta a todos los casos. La ecuación es: cantidad de graves por unidad de tiempo. No es lo mismo diez por ciento de graves sobre mil en una semana, que diez por ciento sobre cien mil en dos días, que fue lo que pasó en Italia o España. Sabemos que vendrá el pico en algún momento, entonces que sea lo más leve posible. Pero por suerte venimos muy bien con la cuarentena que dictó el gobierno nacional de manera anticipada, aunque en la calle uno vea más gente de la esperable. La curva que vamos viendo está aplanada y es un volumen manejable».

A las evaluaciones en base a los llamados telefónicos hay que sumarle la incidencia efectiva que puedan tener quienes nunca llamarán: los asintomáticos. Este miércoles, las autoridades anunciaron los resultados de un estudio que le realizaron a personas puestas en cuarentena en hoteles porteños tras regresar de viajes al exterior. El 4,2% de los más de mil test efectuados dio positivo. Dos de cada tres de esos confirmados no evidenciaron síntomas. «Hay que actuar como si todos tuviéramos la enfermedad –sostuvo el ministro de Salud de CABA, Fernán Quirós–. Hoy no está claro cuán contagioso es el asintomático. Está claro que contagia más una persona que tiene fiebre, pero también sabemos que el asintomático en menor medida también contagia».