«Con el fin de recuperar las capacidades militares de control de los espacios marítimos», según precisa el comunicado del Ministerio de Defensa, arribaron finalmente al puerto de Ingeniero White los cinco aviones Súper Étendard «modernizados» adquiridos a la Marina Nacional Francesa, para incorporarse a la Armada Argentina.

El arribo de los aviones significa un avance al cabo de largas negociaciones con el gobierno francés, que comenzaron en 2017 y estuvieron a punto de fracasar por las restricciones presupuestarias que aquejan al Estado argentino. Los Súper Étendard pasaron varios meses varados en el puerto de Le Havre, a la espera de que se liquidara el pago acordado, de unos 15 millones de dólares. A ese monto, sin embargo, habrá que agregar alrededor de cinco millones más para las tareas de acondicionamiento de motores y fuselaje y certificación de aptitud de vuelo, a cargo de la Dirección de Aeronavegabilidad Conjunta. Hoy, los aviones comprados no están aptos para volar.

Demorada una y otra vez, la adquisición no sólo suponía reforzar las tareas operativas de la Armada. Se especulaba con tener los aviones listos para noviembre del año pasado, para que formaran parte del despliegue de seguridad del G20 en Buenos Aires, pero no fue posible. En el medio, la negociación por unas lanchas de patrullaje francesas para el Ministerio de Seguridad complicó el acuerdo por los aviones. Durante su visita a París, a fines de enero, el presidente Macri firmó con su par Emmanuel Macron el compromiso definitivo para la compra de este modelo que ya había sido utilizado durante la guerra de Malvinas: el misil Exocet disparado desde un Súper Étendard hundió al destructor británico Sheffield el 4 de mayo de 1982. Concretado el pago, se destrabó la compra.

Los Súper Étendard tienen 14 metros de longitud y diez metros de envergadura, y un peso de seis toneladas. Unidades desprogramadas de la Fuerza Aérea francesa por su antigüedad (prestaron servicio de 1978 a 2016), fueron «repotenciadas» para prolongar su vida útil. Llegaron estibadas en las bodegas del carguero liberiano «Lily Auerbach», que había zarpado de Francia el 18 de abril y debía atracar en Bahía Blanca el jueves. Un paro de los gremios marítimos demoró el desembarco y obligó a suspender la recepción oficial que había imaginado el ministro Oscar Aguad, todavía golpeados, él y la Armada, por la tragedia del ARA San Juan, que provocó la muerte de 44 tripulantes y dejó interrogantes aún sin respuesta.

Las cinco aeronaves serán trasladadas por tierra y acondicionadas en la Base Aeronaval Comandante Espora, para ser luego asignadas a la 2ª Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque del Comando de Aviación Naval. «

CEREMONIA

Cancelada la ceremonia de recepción inicialmente pensada para el jueves pasado en Ingeniero White, la bienvenida a los aviones la realizará seguramente el propio presidente Mauricio Macri el próximo viernes 17, durante la celebración del 205° aniversario de la Armada, en la Base Aeronaval Comandante Espora.