Con diversos argumentos, economistas que representan corrientes de pensamiento distintas a las del gobierno (de hecho, algunos fueron funcionarios de gestiones políticamente enfrentadas) coincidieron en que la actual cotización del dólar oficial es adecuada. De la misma manera, admiten que el valor que se paga en los mercados alternativos no tiene sustento en la realidad económica sino en cuestiones subjetivas, tales como el temor a una devaluación o diferencias de concepto con la visión de las autoridades.

Orlando Ferreres, uno de los consultores más respetados por el establishment y exviceministro de Economía en los años 90, calificó de «ridículos» los valores del dólar blue o del contado con liquidación. Su estudio, OJF, calcula que la paridad teórica de equilibrio, entendiendo como tal el valor al cual hay equilibrio en la balanza de pagos (tomado en función del promedio histórico), es de 82 a 83 pesos por dólar. «No es un valor muy distinto al dólar oficial. (Pero) la gente tiene un poco de miedo y paga cualquier cosa por el mercado libre. Los precios de hoy son exorbitantes, medio ridículos si uno se pone a ver, pero en definitiva es lo que se está pagando», señaló en una entrevista con el diario Ambito Financiero.

El análisis de la historia reciente le da la razón a Ferreres. Aun con las dificultades metodológicas para comparar precios con dos décadas de distancia, se estima que el dólar actual está en el nivel más alto de los últimos 10 años, sólo superado por la cotización que tenía en la presidencia de Néstor Kirchner (unos $ 100 a valor presente) y el overshooting de la salida de la convertibilidad, en el que tocó los 130 pesos. Jorge Carrera, vicepresidente del Banco Central, indicó que entre 1997 y 2019 el promedio fue de 63 pesos por dólar (a valores de agosto).

Otra referencia válida es la balanza comercial, que entre enero y septiembre dio U$S 11.562 millones de superávit, según informó el jueves el Indec. La lógica indica que si el tipo de cambio estuviera bajo, las importaciones serían mayores que las exportaciones. Por eso el exsecretario de Finanzas, Daniel Marx, sostuvo que «tenemos un tipo de cambio por el cual la competitividad argentina se mantiene. No se puede decir que el tipo de cambio está atrasado, en tal caso el CCL está recontra adelantado». Con lenguaje más directo, Carlos Melconian (exfuncionario de Cambiemos) dijo en una jornada organizada por la Cámara de Construcción de Córdoba que «el dólar a 80 pesos es competitivo y a 180 se fue de mambo».

De manera inversa, el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda se preguntó qué pasaría si se midieran las principales variables de la economía local a partir del dólar blue. Por caso, el PBI per cápita bajaría de 7100 dólares a 3600, lo que sacaría a la Argentina del lote de países con ingresos medios (Colombia, Sudáfrica, Perú) y lo equipararía con El Salvador o Marruecos. «Pasaríamos a tener un producto bruto por habitante menor al de países de mayor pobreza y estructuras rezagadas. Algo claramente ficticio», es la conclusión de ese ejercicio contrafáctico. La UNdAv también agrega que «las cotizaciones alternativas del dólar registran niveles irracionales: ajustado por inflación, el dólar bursátil sería el más alto desde 2003».

En cambio, quien pronosticó un ajuste del tipo de cambio oficial fue Claudio Loser, exdirector regional del Fondo Monetario Internacional. En una conferencia organizada por una administradora de fondos de inversión, estimó que el FMI pedirá al gobierno llevar la cotización oficial al nivel actual del dólar ahorro ($ 136), lo que implicaría un ajuste del 65 por ciento. «El tipo de cambio para los exportadores está fuera de línea», arriesgó Loser, en una afirmación que no se condice con el fuerte superávit comercial de este año. Suponiendo que eso pudiera ocurrir, algo que el equipo económico niega con firmeza, y que se mantuviera el actual nivel de retenciones, el sector agroexportador recibiría de manera efectiva unos $ 91 por dólar, un 16% por arriba del tipo oficial actual.