La tormenta había obligado a cancelar la primera jornada del Personal Fest 2018 y el domingo al mediodía todo era incertidumbre. Hasta que el sol dio su bendición y el Club Ciudad de Buenos Aires se mostró listo para una jornada sin sobresaltos. El sábado los fanáticos y fanáticas de Robbie Williams habían quedado sin consuelo emocional. Pero el domingo todo fue muy distinto.

Warpaint, la banda de cuatro mujeres oriundas de Los Ángeles, salió al escenario cuando el sol comenzaba a bajar. El público estaba algo distraído, y aún así bailaba, aunque algunos no lo hicieran con la plena conciencia. Se trató de una clase de pop, indie y psicodelia, que cosechó múltiples aplausos.

Mientras Warpaint tocaba sus últimos temas, se armaba el que sería el escenario de MGMT. Objetos múltiples, palmeras, y una pantalla se sumaron a las tres con las que ya contaba el escenario. MGMT propone algo así como una búsqueda climática que tiene bastante de los 70, pero también mucho de contemporáneo. El quinteto se permite pasar de canciones con órganos psicodélicos propios del Pink Floyd de Barrett al pop melódico que remite a la de la década del 90, y hasta tocar de manera sumamente prolija hits por ellos mismos creados, como “Time to Pretend”, «Electric Feel» y «Weekend Wars».

Poco después llegó el turno de Lorde. Una breve intro en video invitó a un plano más terrenal que la psicodelia audiovisual de MGMT. Capas de grabaciones sumadas estratégicamente forman la estructura de las muy buenas canciones de Lorde. Su show mostró una naturaleza más teatral, más en el plano de David Bowie,  Börk y Peter Gabriel. Lorde se presenta en el escenario rodeada de cinco bailarines que llevan adelante una coreografía de la que ella misma forma parte. La joven artista neozelandesa convenció instantáneamente a su público con su presentación oficial del disco «Melodrama»  y encontró sus mejores momentos con temas como «Tennis Court» y «Buzzcut Season». Fue el cierre de una jornada pop que logró ahuyentar los fantasmas de la tormenta.

La sorpresa:  Mercury Rev fue la única banda que iba a tocar el sábado y fue reprogamada para el domingo. Festejaron los 20 años de su disco «Deserter’s Songs» y dejaron más que satisfechos a un puñado de fans que demostró ser muy fiel.