El domingo 12 de agosto en horas de la madrugada de la Argentina se produjo el lanzamiento de la misión Parker Solar Probe (PSP) de la NASA, la cual obtendrá el mayor acercamiento al Sol conseguido hasta el día de hoy. Se trata de un satélite no tripulado con cuatro instrumentos científicos diferentes comandado desde la Tierra.

Se planea que durante los próximos 7 años PSP orbite 24 veces el Sol acercándose progresivamente al mismo. El primer perihelio (punto más cercano al Sol que se logra dentro de una órbita), calculado para noviembre de este año, alcanzará una distancia cercana a los 24 millones de kilómetros, aproximadamente el doble de cerca de la menor separación conseguida hasta ahora. Para dar una idea de lo que esto significa,  la Tierra se encuentra alejada del Sol por 150 millones de kilómetros, una distancia equivalente a 100 veces el diámetro de este último. El primer perihelio implicará que PSP llegue a estar a tan sólo unos 16 soles.

La mayor cercanía al Sol que conseguirá PSP, programada para mediados de 2025, será de nada más que alrededor de 4 soles (unos 7 millones y medio de kilómetros). Cuando esto suceda, la nave alcanzará además una velocidad máxima de alrededor de 200 km/seg, lo cual la convertirá también en el objeto artificial más rápido hasta el momento.

PSP incluye instrumentos para medir propiedades in-situ del plasma de la atmósfera solar a lo largo de su trayectoria y un telescopio de luz blanca para observar la corona solar. De salir todo de acuerdo a lo planeado, PSP proveerá mediciones sin precedentes que permitirán avanzar mucho la comprensión de los mecanismos que calientan y aceleran el viento solar.

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(Foto: Gentileza Alberto Vásquez)

El desarrollo de las herramientas de análisis físico de los datos del telescopio que irá a bordo de la nave contó con la participación del Dr. Alberto Marcos Vásquez (foto), investigador independiente del CONICET en el Instituto de Astronomía Física del Espacio (IAFE, CONICET–UBA).

“Desde el Grupo de Física Solar del IAFE desarrollamos técnicas de tomografía solar, las cuales a partir de imágenes del Sol nos permiten deducir la estructura tridimensional de la atmósfera solar.  Mi colaboración con la misión fue haber desarrollado las herramientas para poder hacer tomografía con este telescopio en particular, que difiere mucho de los anteriores que se lanzaron al espacio porque se va a acercar mucho al Sol”, afirma Vásquez, quien recientemente regresó de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, donde estuvo durante un año abocado a esta tarea junto al Dr. Richard A. Frazin de dicha institución.

Los otros tres instrumentos medirán in-situ y con mucha precisión las propiedades físicas de la atmosfera solar a lo largo de la trayectoria de la nave. “Existe un gran un interés en entender en detalle la física de la atmosfera solar, por un lado por la necesidad de entender los procesos físicos per se, pero también por motivos tecnológicos, puesto que poder comprender mejor la dinámica física de la atmósfera solar nos permite mejorar nuestra capacidad de predicción del clima espacial -como la ocurrencia de tormentas solares- el cual tiene impacto en el ámbito espacial terrestre y, particularmente, en la tecnología satelital humana, de la cual dependemos crecientemente. Esto marca la importancia de la misión”, comentó el investigador.