Cuando el senador electo, Esteban Bullrich, aprovechó la campaña de las PASO para proponer a la cervecería artesanal como horizonte dorado de la mano de obra desocupada, no imaginó (¿o sí?) que apenas dos meses más tarde el gobierno sacudiría a esa industria con un impuestazo que tornaría su propuesta inviable a los ojos de muchos.

Con las reformas anunciadas por Mauricio Macri, esos productos pasarán a abonar una carga impositiva del 17% que según las firmas hace inviable la producción local. En ese contexto, ponen en duda la continuidad de las inversiones y amenazan con la posible caída de 9 mil puestos de empleo.

Aunque en los últimos meses el Ejecutivo diseñó con dirigentes empresarios la reforma impositiva que anunció el lunes el presidente, y el martes, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, los cerveceros aseguran que no fueron consultados y denuncian que fueron “castigados” con un gravamen superior inclusive a los que se anunciaron para otras bebidas alcohólicas, como el vino.

El presidente de la Cámara de la Industria Cervecera Argentina, Alejandro Berlingeri, apuntó contra los funcionarios del gobierno por haber llevado la confección del proyecto “de forma muy hermética”.

“No se reunieron con nosotros, no nos pidieron datos como hicieron con otros sectores de la industria. Sentimos que hay una discriminación, porque mientras a otras bebidas se les va a aplicar un criterio gradual, a nosotros directamente se nos grava con el 17%”, comparó Berlingeri en diálogo con este medio.

Para el representante cervecero, de prosperar la intención del oficialismo, las inversiones quedarán congeladas. El sector tiene abierto un programa de inversiones por $1.800 millones entre 2016 y 2020. “Hasta hoy desembolsamos el 25% ($450 millones desde el año pasado) pero todas las empresas me dicen que están re estudiando el plan de inversiones”, adelantó el empresario: “La industria no puede absorber la carga impositiva: los precios van a aumentar el 6% y las ventas van a bajar eel 9%”, avisó.

La medida puede afectar sensiblemente al mundillo de las cervezas artesanales, que ganó afición en los últimos años: “No solamente somos multinacionales, es un ambiente que tiene más de mil operadores, incluyendo las cervezas artesanales”. Estos, pequeños emprendedores en su mayoría, “con este impuesto sufren una fuerte baja la rentabilidad, mientras que los que estaban tramitando la regularización desde ayer están enfrentando el efecto desaliento”, indicó Berlingeri.

Aunque sacudidas por la noticia, las cervecerías ya tienen listo un plan de lobby que contempla reuniones con gobernadores y legisladores de todo el país. “Apelamos al diálogo, estamos tratando de hablar con el Ejecutivo y con representantes de las provincias, desde gobernadores hasta legisladores”, refirió el titular de la cámara de cerveceros. Las gestiones ya empezaron aunque algunos legisladores los recibieron en estricta reserva.

Sorpresa

Aunque la reforma impositiva es objeto de negociaciones entre el gobierno y las grandes empresas desde la propia asunción de la alianza Cambiemos, los fabricantes de cerveza aseguran que estuvieron al margen de todo, incluso cuando su negociador principal, el titular de la coordinadora de las industrias alimentarias (COPAL), Daniel Funes de Rioja, fue uno de los más abocados a esta agenda de temas, en tanto vicepresidente de la Unión Industrial (UIA).

Berlingeri dijo que en el sector había rumores “pero la noticia sorprendió a todas las industrias de las bebidas. Entendíamos que el proyecto contemplaba un aumento pero no de este calibre”.

Según el empresario, “Copal tampoco participó  activamente; de haberlo hecho Funes de Rioja nos hubiera hecho llegar el detalle”, consideró.

Las cervecerías emplean a unos 114 mil trabajadores entre directos e indirectos, contemplando los eslabones rurales de la cadena y el del comercio minorista.

El dirigente cervecero apoyó las reformas del gobierno nacional como “necesarias” pero advirtió que así como se anunció “en nuestro sector somos los perdedores de la reforma tributaria”, concluyó.

Vitivinícolas

Las quejas de los cerveceros coincidieron con las de los productores de vino. El dirigente Miguel Lovaglio admitió la preocupación en diálogo con la cordobesa Cadena 3: “hay muchos productores que pueden quedar en el camino y mucha gente, mucha mano de obra, que van a quedar sin trabajo», alertó.

A la par, el sanjuanino, Ángel Leotta, afirmó a la prensa que la novedad: “Nos ha impactado y no salimos de nuestro asombro. Gravar a un producto de una economía regional es preocupante”, sostuvo. “Esto significa aumentar el precio en la góndola y trae como consecuencia bajar el consumo en un contexto en el que ya está cayendo”, agregó.

Por su parte, el presidente de Coninagro y directivo de Fecovita, Carlos Iannizzotto, lamentó que el lanzamiento oficial «no va en línea con lo que se anunció». Para el empresario, el cambio “es una sorpresa. Incluso el presidente anunció que iban a consensuar con provincias y municipios», sostuvo.