Los costos de financiamiento y otros montos ocultos podrían quedar al descubierto si prospera una iniciativa para distinguir los precios de venta al contado y con tarjeta de crédito. Los detalles técnicos están siendo pulidos por el Ministerio de Producción y la resolución en ese sentido podría ser firmada esta semana por el ministro Francisco Cabrera. 

Según trascendió, el tema fue tratado en varias reuniones entre funcionarios de esa cartera y representantes de cadenas de supermercados y electrodomésticos. El objetivo es que el consumidor que abona de contado y en efectivo no tenga que hacerse cargo en su ticket de todos los gastos adicionales que se aplican en las compras financiadas, como tasas de interés, seguros de vida y comisiones de las entidades financieras. Para ello, cada producto exhibido deberá tener indicados los dos valores, el precio de contado y el financiado. «Queremos eliminar la confusión que generan las ofertas y los pagos con tarjeta que supuestamente no tienen interés», señaló Cabrera. 

El proyecto tendría el visto bueno de los supermercadistas y de la Cámara Argentina de Comercio. Si se pone en práctica, quedará al descubierto si la expresión «con tarjeta, en cuotas y sin intereses» se ajusta a la verdad o es un engaño para atraer compradores. 

La relación entre el gobierno y el sector de tarjetas de crédito es tirante. El año pasado, la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia inició una investigación que detectó una cartelización en el sector, con presencia dominante de la empresa Prisma (dueña de Visa). «