En la segunda ronda del debate, el presidente y a su vez candidato Mauricio Macri aseguró que a partir de enero de 2020 los créditos se actualizarán por salario y no por inflación tal como ocurre desde que se implementó la modalidad para el mercado hipotecario.

El mandatario no dejó del todo en claro si la medida representa una propuesta de campaña para una hipotética reelección o si se trata de una disposición ya resuelta. Por lo pronto, el Boletín Oficial del lunes no se publica ninguna resolución a respecto.

En 2016 el gobierno decidió promover esta modalidad crediticia para reconvertir el sistema de créditos PROCREAR vigente (en pesos y tasas con sistema francés) a uno que, además, actualizara el capital en moneda nacional por inflación. Para eso creó las denominadas Unidades de Valor Adquisitivo (UVA). Se trata de una unidad de medida ficticia generada por el BCRA cuyo valor se indexaría en función del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC.

En aquel momento, para el gobierno, la inflación entre 2017 y 2019 acumularía entre un 25% y un 39% según el pronóstico del mensaje del Presupuesto 2017 elaborado entre agosto y septiembre del año anterior. Allí, por caso, se preveía una inflación de entre el 3,5% y el 6,5% para 2019.

La realidad, al calor de la crisis económica y las persistentes corridas cambiarias, terminó siendo bien distinta y, en el mismo período, la suba de precios acumulará, como mínimo, un 185%. Los salarios, sin embargo, según el último informe disponible del INDEC, entre enero de 2017 y julio de 2019, en promedio, crecieron solo un 104% .

Por ese motivo ya en agosto de 2017 ante los primeros cimbronazos el Banco Nación dispuso hacer uso de la normativa que permitía extender los plazos de pago hasta 40 años y ampliar la relación entre cuota e ingreso familiar de un 25% a un 35%. Esa decisión buscó amortiguar el impacto de la devaluación del peso que pasó, en aquel entonces, de $16 a $18.

En octubre de 2018, ante la evidencia del desfasaje producido entre los precios y los ingresos familiares que exponían a la insolvencia a los deudores, el gobierno anunció otra medida que limitó la suba de cuotas a un tope del 10% superior a la suba de los salarios. Con la última corrida que llevó el dólar a $62, dentro del paquetes de medidas de emergencia el gobierno dispuso el congelamiento de las cuotas UVA hasta enero de 2020.

Mientras tanto, y al calor de la inflación, la disponibilidad de créditos hipotecarios con el viejo sistema de actualización francés simplemente desapareció del mercado financiero y las familias sólo pudieron acceder a un crédito hipotecario mediante el sistema UVA.

Ahora, los más de cien mil beneficiarios, se verían alcanzados con esta nueva resolución o promesa. Desde el Colectivo Nacional de Hipotecarios UVA Autoconvocados que agrupa a unos 5 mil deudores pusieron en duda la justeza de la medida. En un comunicado titulado “de la estafa por inflación a la estafa por salario” explican que “se trata de un anuncio oportunista y de mero corte electoral”.

Los deudores ratificaron que “los créditos indexados son inviables en un país con alta inflación. Menos aún con un gobierno que además de su impericia para dominar la inflación, ha tenido como política de estado reprimir el salario y las jubilaciones”.

En el comunicado explican que “el único objetivo (del sistema UVA) fue el de asegurar las ganancias del sistema financiero” mientras “todo el riesgo recayó sobre los hipotecados”.

A la hora de rechazar la medida prometida por el presidente señalaron que no sólo “el CVS es un índice que no refleja la variación salarial de todo el universo de trabajadores” sino que, además, “hemos tenido que apelar a créditos personales con el sistema financiero, a préstamos de familiares y a sobre girar el saldo de la tarjeta de crédito. Las familias hipotecadas padecemos un endeudamiento creciente que redunda en una caída estrepitosa en nuestra calidad de vida”.

Por eso, exigen “fijar en forma inmediata un congelamiento en la actualización de la UVA que alcance a todos los hipotecados sin exclusión alguna, de forma tal que la cuota y el capital no continúen indexándose y hasta tanto no se sancione una ley que habilite salir del sistema UVA”.

Con todo, Germán Gómez Picasso analista de Reporte Inmobiliario, opinó que “el índice de morosidad en créditos UVA sigue siendo más bajo que el del crédito tradicional”. Consultado sobre la medida señaló que “por las condiciones de la economía la medida está bien, no quedaban alternativas”.

Sin embargo adelantó que, la decisión “puede ser el tiro de gracia para el crédito UVA. Hay que ver si la banca privada va a estar dispuesta a dar ese tipo de créditos porque corre el riesgo de desfinanciarse”.

En el medio quedan los tenedores de créditos y los miles de argentinos que cada día ven más lejos el sueño de la vivienda propia.