La consagración del magnate constructor, Donald Trump, como presidente de los Estados Unidos armó un revuelo de dimensiones globales y la Argentina no se quedó afuera del escenario de las repercusiones. La noticia fue objeto de debate entre los especialistas de la economía, que cruzaron opiniones con el interés del gobierno argentino en la “lluvia de inversiones” funcionando como espeso telón de fondo.

Los expertos en la materia fluctuaron entre la cautela y la advertencia ante posibles consecuencias negativas para los planes del oficialismo. Hubo quienes no dudaron en anticipar un futuro “muy perjudicial” para el país, a la par de otros que advirtieron que se viene una fuerte “volatilidad financiera en el corto plazo que encarecerᔠla toma de deuda. Los más medidos recomendaron “esperar” a que el nuevo presidente estadounidense defina los nombres de su gabinete pero en líneas generales primaron las evaluaciones pesimistas.

Desde el Centro de Economía Política de la Argentina (CEPA), la politóloga Julia Strada, consideró que con la victoria de Trump el gobierno argentino queda, a priori, “mal parado” en función del perfil que le dio a su política internacional, en particular a la dirección del comercio exterior, que apuntó desde el principio a sumarse a la Alianza Transpacífico que Trump cuestionó durante la campaña electoral.

Strada explicó que “el gobierno había construido una alianza muy firme con Obama por lo que hoy queda en principio mal parado” con el nuevo administrador. “Es un problema porque Macri abandonó los vínculos con Rusia y China, por un lado, y con el Mercosur, por el otro, para sumarse a la Alianza Transpacífico que mira hacia México, Perú y Chile”, una alternativa que ahora queda envuelta en una densa nube de dudas.

La referente del CEPA resaltó que ante todo el panorama plantea una incertidumbre que hace recomendable esperar. Trump “tuvo un discurso efectista para cautivar a los sectores descontentos pero hay que ver si cumple lo que prometió”. En rigor de verdad, pocos se imaginan al presidente electo enfrentado en el futuro con el sistema internacional pero la recomendación es mantener la cautela hasta que el mandatario mueva sus primeras fichas.

Una de las hipótesis más fuertes es la que anticipa una posible suba de la tasa de interés que encarecería el crédito complicando la agenda de países como la Argentina, que piensa colocar 40 mil millones dólares el año que viene.

Dante Sica, economista de la consultora ABECEB, fue tajante al afirmar que “el mercado financiero local va a sentir el efecto con inestabilidad y activos de renta variable resintiéndose, especialmente los ligados a commodities”. Después de los primeros sacudones, moderó, “el mercado debería tender a estabilizarse en un contexto en que sus condiciones dependen más de factores endógenos que exógenos”.

En materia cambiaria, con una curva de rendimientos en EEUU más empinada podría verse limitado el influjo de capitales que el país ha venido recibiendo, presionando sobre la moneda doméstica, pero esto podría ser contrarrestado con el ingreso de fondos del blanqueo.

El economista recomendó que el Gobierno “puede abstenerse por el momento de salir a colocar deuda (porque) la eventual persistencia de condiciones financieras globales desfavorables no es una buena noticia ni para el sector público ni para el sector privado de un país que ha retornado recientemente a los mercados de crédito globales porque tiende a elevar el costo del financiamiento”.

Para Sica, algo seguro es que “la región no va a ser una prioridad para Estados Unidos” dado que “no hay amenazas urgentes ni desafíos significativos en la región que capturen la atención de EE.UU. y en esto la Argentina entra en las generalidades de la ley”.

En sintonía con la referente del CEPA, el especialista de ABECEB se imaginó un futuro cercano afectado por la incertidumbre: “la política de EE.UU. se centrará principalmente en las relaciones bilaterales y en ese contexto, esperemos que la relación entre Argentina y EEUU, que se había reactivado desde la llegada de Macri, no se enfríe demorando los avances”, lanzó.

Estados Unidos, prosiguió Sica, sigue siendo un socio comercial importante de la Argentina. Pero añadió que “es de esperar que el nuevo gobierno tenga una visión crítica sobre la apertura comercial en términos generales, poniendo potencialmente en riesgo el acceso a uno de los principales mercados de exportación de nuestro país”.

En sintonía con eso, la visión más proteccionista del futuro presidente de EEUU “podría además hacer peligrar algunos avances que se han logrado en la agenda bilateral en los últimos meses; en particular, la apertura de los mercados de limones y carne, y la reciente decisión de evaluar la re-inclusión de Argentina en el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP)”.

La “lluvia de inversiones” desde el país del Norte también es una incógnita para este economista: “si bien el flujo de inversiones no será independiente del avance o retroceso de la relación bilateral, Argentina tiene particularidades que la hacen atractiva (sobre todo vinculadas a sus déficit de infraestructura) y una vez resueltas algunas cuestiones regulatorias, abundarán los proyectos con retornos interesantes para las inversiones en nuestro país”.

La cuestión tiene en vilo a los observadores del ámbito financiero. El economista de la consultora Fimades, Luis Palma Cané, no dudó en afirmar a la prensa que la victoria de Donald Trump “va a ser muy perjudicial» para la Argentina porque habrá «menos inversiones que si hubiera ganado Hillary» Clinton, la candidata del Partido Demócrata que cayó ayer en el mano a mano con el futuro presidente.

A la par, el titular de la consultora financiera First, Miguel Arrigoni, planteó la necesidad de esperar a que se conozca el programa económico que implementará Trump antes de especular con la forma en que rebotarán las novedades en la Argentina.

En línea con Strada, la analista del CEPA, Arrigoni puso en duda que el candidato republicano cumpla a pie juntillas con las promesas que realizó en la campaña proselitista. “Una cosa es el discurso de campaña para ganar las elecciones, y otra cosa es qué va a hacer efectivamente Trump”, indicó el especialista consultado por Telam. No obstante, agregó que “si Trump cumple con lo dicho en campaña, la de Estados Unidos se volverá una economía fuertemente proteccionista”, una realidad que “alterará las relaciones del comercio mundial”.

A su turno, el ex secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, advirtió que el país “puede pasarla mal” a partir de la victoria del “que se vayan todos”, como calificó el triunfo del referente republicano.

Nielsen hizo foco en la condición de “outsider” de Trump. “Es un hombre que no pertenece a la corporación política, no vivió del Estado y tiene margen total para cambiar cosas fuertes de la política económica estadounidense”. En ese sentido, vaticinó que “Argentina la puede pasar mal con Trump” porque su aparición en la escena política internacional supone “un cambio de paradigma y un retroceso en la globalización muy fuertes».

En declaraciones a radio Belgrano, sumó que el nuevo paisaje “va a exigir a la Argentina y a todos los países una reflexión profunda sobre cómo se manejan los próximos pasos” a la vez que llamó la atención sobre la forma en que van a reaccionar los mercados financieros que estaban en crisis desde antes del batacazo “trumpista”.

Otros que recomendaron la cautela fueron los especialistas del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF). Para esta institución, la victoria de Trump generará políticas proteccionistas potencialmente perjudiciales para el país.

Al presentar su Indice de Condiciones Financieras (ICF), el economista Miguel Kiguel afirmó que «no va a ser inmediato pero cabe esperar cual es el plan de gobierno de Trump: expansivo por el lado fiscal, con un plan de infraestructura y baja de impuestos a diversos segmentos».

En la presentación, que se realizó en un hotel céntrico, los referentes del IAEF destacaron que las condiciones financieras mejoraron sustancialmente respecto al año pasado, por avances en las condiciones externas y por las condiciones locales en especial. En ese contexto, anticiparon que el nuevo escenario va a impactar en el índice de noviembre que se vería afectado por la mayor volatilidad de las acciones, de las monedas emergentes y de las commodities.