No es que la campaña electoral española haya culminado con la elección de este 28 de abril. Más bien es, como se dice por estas campiñas, el pistoletazo de largada para otros comicios que no por menos impactantes a nivel nacional remuevan menos a las dirigencias políticas. En efecto, el 26 de mayo habrá elecciones para la Eurocámara, pero sobre todo, habrá comicios municipales y se renovarán alcaldías clave como las de Madrid y Barcelona, que están gobernadas por dos mujeres representantes de alianzas de Podemos con partidos de izquierda.

El caso de la capital española es emblemático: la exjueza Manuela Carmena, de 74 años, ganó la alcaldía de la mano de una coalición de izquierda, Ahora Madrid, conformada por Podemos y Ganemos Madrid, un agrupación. Carmena se había jubilado con todos los laureles de una trayectoria límpida en el ámbito de la Justicia luego de haberse iniciado, en 1977, en el Partido Comunista Español. Ganó en 2015 con el 63% de los votos.

Junto con el triunfo de Ada Colau, una joven activista de 45 años en Barcelona, fueron los dos grandes espaldarazos para el crecimiento territorial del partido liderado entonces por Pablo Iglesias e Iñigo Errejón. Colau se había hecho conocida protagonizando las primeras protestas contra los desahucios de familias que no podían pagar las cuotas de sus hipotecas.

En las elecciones de 2016 la alianza Unidos Podemos (UP) logró 71 bancas en el Congreso de los Diputados y fue el tercer partido en la disputa, rompiendo una hegemonía que tenía ya casi 40 años entre el PP por centroderecha y el PSOE por centroizquierda. Quitándole votos, de hecho al Partido Socialista Obrero Español. También fue clave UP para dar el zarpazo contra Mariano Rajoy hace un año y derrotar al líder del Partido Popular con un voto de censura que terminó con su gestión antes de tiempo.

Pero en enero pasado hubo una hecatombe dentro de la izquierda alineada detrás del dúo fundador de Podemos. Fue cuando Errejón intentó que le aprobasen una plataforma partidaria en un congreso de la agrupación. Derrotado en  la compulsa, su posición se fue haciendo cada vez más adversa a Iglesias y comenzó lo que para muchos fue la batalla final de los egos fundadores. Una sensación que venía de antes pero estalló en esos días.

El resultado fue que Errejón anunció su apoyo a Carmena dentro del partido Mas Madrid y renunció a la banca que había obtenido con Podemos en el Congreso. El partido, en tanto, repitió su alianza con Izquierda Unida y con los ecologistas de Equo, la versión española de los verdes, aunque ahora el nombre oficial es Unidas Podemos, para darle más visibilidad a su lucha por la igualdad de género.

Los popes de Podemos, como Juan Carlos Monedero, reconocieron a Tiempo que entre las razones para explicar el resultado de este domingo –UP cayó de 71 a 42 bancas- ocupa un lugar destacado la pelea entre los dos fundadores. Para ellos lo de Errejón fue una deslealtad. Para los votantes de a pie que habían abandonado el PSOE desencantados por sus políticas neoliberales, fue una evidencia de que en el fondo “todos son iguales” y volvieron a lo ya conocido.

Es bueno decir que además de la ruptura madrileña, tanto Iglesias como Podemos vinieron sufriendo el acoso de los medios y una guerra sin cuartel con información falsa deslizada por los servicios de inteligencia españoles durante el gobierno de Rajoy y que hicieron eclosión con el caso del ex comisario José Manuel Villarejo, actualmente detenido por varias causas, entre ellas el espionaje ilegal a través de una empresa particular a dirigentes políticos. Al caso se lo conoce como de “la clocas”, porque usaron fake-news de las peores para ensuciar a Iglesias y a toda la dirigencia.

Este domingo, el total de los votos del trípode derechista consiguió el 53,58% de los votos, contra el 45,23 de los partidos de centroizquierda. Una complicación evidente contra la aspiración de Carmena de tener otro mandato, como destaca el portal de eldiario.es. En un análisis puntual, el periódico web destaca que posiblemente Mas Madrid, la plataforma a la que adhieren Carmena y Errejon, podría tener mejor resultado que el PSOE en la capital española, pero aún ganando debería enfrentar a un parlamente local totalmente adverso.