Miles de personas participan en las principales ciudades estadounidenses en la «Marcha por la Verdad» para exigir una investigación independiente sobre los posibles lazos de la campaña del presidente de Donald Trump con el gobierno ruso. 

Los organizadores esperan la participación de varios miles de personas en Nueva York, Washington y un centenar de ciudades para demandar una investigación independiente sobre los nexos de Trump y sus asociados con representantes del gobierno del presidente ruso, Vladimir Putin. 

La marcha cuenta con el apoyo de congresistas, actores y grupos progresistas de todo el país, a fin de aumentar la presión para que se investigue a fondo la posible coordinación del equipo de Trump con Rusia para torpedear las opciones de la candidata demócrata, Hillary Clinton. 

Muchos de los asistentes lanzaron consignas a favor de iniciar un «impeachment» o juicio político contra Trump por sus intentos de evitar que se investigue la posible trama rusa, denominada Rusiagate por los medios estadounidenses, en las elecciones del pasado noviembre. 

Los organizadores de las manifestaciones esperan congregar hasta 5.000 personas en Nueva York y un número similar en Washington, donde el acto coincidió con una concentración de simpatizantes de Trump ante la Casa Blanca de varias decenas. 

Los simpatizantes de Trump, que fueron convocados por los responsables de la campaña del presidente estadounidense, portaban carteles a favor de la decisión del mandatario de retirarse del Acuerdo de París sobre cambio climático, reportó la agencia de noticias EFE. 

Los impulsores de la «Marcha por la Verdad» piden que se dote de los recursos y la independencia necesaria a la investigación sobre la posible colusión de la campaña de Trump con Rusia. 

Además, exigen al Congreso que fuerce al mandatario republicano a revelar su declaración de impuestos, algo que hasta ahora era tradición entre los presidentes, para que se aclare si tuvo intereses económicos vinculados a entidades extranjeras. 

El Departamento de Justicia nombró al ex director del FBI Robert Mueller como fiscal especial para investigar la posible colusión con Rusia. La designación se produjo después de que Trump decidiera despedir en mayo pasado al director del FBI James Comey, que lideraba la investigación sobre la posible trama rusa, algo que el presidente ha dicho que es una «caza de brujas» en su contra sin base alguna.