El primero en ingresar fue el Kun Agüëro, luego los demás. Todos se apiñaron en la cabecera de la sala de prensa, con caras de pocos amigos. El capitán tomó la palabra. Incómodo, con voz ligeramente temblorosa, Lionel Messi comunicó que los jugadores del plantel de la selección argentina «decidieron no hablar más con el periodismo, porque recibimos muchas agresiones y muchas falta de respeto». 

Fue poco más de un minuto. Y todos se retiraron como habían llegado. El detonante, el enojo de los jugadores con la prensa fue la versión que involucraba a Ezequiel Lavezzi respecto de que había fumado marihuana el lunes a la noche en la concentración y que por ese hecho había quedado incluso fuera del banco de suplentes contra Colombia. La versión había sipo lanzada por el periodista Gabriel Anello por intermedio de las redes sociales. 

Lavezzi negó el hecho y advirtió que le iniciará acciones legales al periodista. De todas maneras, la relación del plantel argentino y la mayoría de los medios de prensa no venía de buen modo, por las duras críticas recibidas por el pobre nivel futbolíśticos y los malos resultados.

La decisión no afectó la habitual conferencia de prensa que ofreció luego Edgardo Bauza, quien a su vez se solidarizó con los jugadores. 

La medida de los futbolistas podría generar una sanción por parte de la FIFA, ya que es una obligación la atención a los medios en la zona mixta.