La jornada financiera resultó bastante más calma de lo que muchos analistas esperaban. Había inquietud por ver cómo los mercados reaccionaban ante las novedades políticas del fin de semana. Aunque el dólar arrancó con sendero marcadamente alcista, rápidamente su cotización se estabilizó y cerró el día a $ 45,32 en el tipo mayorista, con una suba de 30 centavos. El promedio de venta al público en entidades bancarias terminó en $ 46,42, apenas 0,5% por encima del viernes. La tasa de interés del Banco Central se redujo levemente a 71,44%, mientras que la Bolsa porteña mejoró 0,5%. Los bonos soberanos mejoraron su precio y por eso el riesgo país descendió a 919 puntos.

Con los resultados a la vista, puede considerarse que hubo más tranquilidad de la pensada luego del anuncio del binomio Alberto Fernández-Cristina Fernández con que el kirchnerismo sacudió el mapa electoral. Lejos del temido “dólar a 70” que algunos agoreros pronostican en caso de que la ex presidenta vuelva al poder, su relegamiento voluntario al segundo lugar de la fórmula, más algunas declaraciones tranquilizadoras de referentes económicos del sector, van pintando un panorama no tan convulsionado en caso de un triunfo peronista en octubre.

En ese sentido, una de las prioridades en el entorno del precandidato es ratificar que no habrá default y que se respetarán los compromisos externos, aunque seguramente se intente una renegociación del préstamo con el Fondo Monetario Internacional. “Tenemos que encontrar una salida a los compromisos que Argentina tiene con el mundo. Hay que cumplirlos, sin que eso represente más penurias a los argentinos”, dijo el propio Alberto Fernández durante el fin de semana. “El Fondo Monetario llegó para quedarse. Lo que creo que hay que hacer es discutir de otra manera con él. Ni ruptura ni servilismo”, señaló Matías Kulfas, ex director del Banco Nación y uno de los hombres de consulta de Fernández, en una entrevista con el programa radial Pasaron Cosas.

Tampoco es casual que uno de los economistas de cabecera del precandidato a presidente sea Guillermo Nielsen, ex secretario de Finanzas durante el gobierno de Néstor Kirchner. Entre 2003 y 2004, y bajo las órdenes de Roberto Lavagna (por entonces ministro de Economìa), Nielsen fue el principal negociador con el FMI y su gestión permitió salir del default en que había caído el país, con un canje de bonos que significó quita de capital y extensión de plazos.

Todos esos indicios fueron bien tomados por los mercados. Claro que la debilidad estructural de la economía argentina, con inflación, recesión, pobreza en aumento, consumo deprimido y un dólar sumamente volátil, hacen imposible adivinar su evolución en los próximos días.