Dos vidas que se encuentran cuando una sube y la otra baja, a través de la de un tercero, que parece inamovible, como el poder. La vida que sube es la de Ginny (Martina Krasinsky), una chica de pueblo que quiere salir de ahí a como dé lugar; la que baja es la de Santos (Luis Machín), un periodista que no encuentra el modo de detener su baja de popularidad; la firme como electrocardiograma de un muerto, la del RRPP Paul (Joaquiín Berthold). Las tres se juntan en Sector Vip, el nuevo film de Eduardo Pinto (Caño dorado, Buen día, día, Palermo Hollywood) que se estrena el jueves 4 a las 22 en Cine.ar TV: un policial que intenta poner un poco más en superficie ese poder que subyace y dirige nuestras conductas más de lo que acostumbramos creer.

“Creo que Ginny y Santos (mi personaje) son víctimas –explica Luis Machín–. Ella de haber nacido en un lugar donde nadie la contuvo, no ha tenido la posibilidad de desarrollo como persona; no sabemos qué habría pasado con ella como cantante y bailarina si hubiera estado en una sociedad más equitativa. Todo el tiempo dice que se quiere ir de ese pueblo de mierda. En el caso de Santos intenta no perder un lugar que tuvo como periodista en otros años, y ahora se da cuenta de que el canal del cable ya no es el lugar de exposición y tampoco le genera el dinero que necesita para mantener su alto estándar de vida, que su mujer le pide mantener: él tenía una posición más importante, más influyente en el pasado y ahora como que ese tren se le escapó; y no está cómodo, es alguien que está en un lugar de denuncia de hechos que son injustos a todos luces. Pero no puede zafar de ese lugar donde te coloca cierto esquema de una sociedad moderna. En estos dos personajes uno puede ver la complejidad de la película respecto a qué deciden y por qué lo deciden. En ese sentido plantea cosas muy interesantes para debatir algunas cuestiones que son muy contemporáneas.” 


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Esa complejidad agudiza la mirada de Machín sobre un entorno que le compete. “La chica responde a un modelo de comportamiento, de figura, de bailarina del mundo del espectáculo moldeado por los medios de comunicación; es uno que no tiene un interés artístico, quiere ingresar al mundo del espectáculo que es en lo que se ha convertido la mayoría del periodismo vinculado a lo artístico, que es un periodismo de show, un periodismo del espectáculo en el sentido más ramplón de la palabra. Ese periodismo de chimento y de construcción de espectáculo ha ido horadando lo que en otro momento tenía que ver con el intento de generar movimientos artísticos. El periodismo de chisme de pasillo ha ganado porque ha concitado la atención de mucha gente que, al vivir en una sociedad que está totalmente precarizada y cada vez se precariza más, se supone que tiene que divertirse, y se supone que la única forma de diversión es el entretenimiento y sacarte de los temas fundamentales de la sociedad. Ahora cuando uno va a buscar esos temas en el periodismo de noticias y de política, lo que también ve es un show: los verdaderos divos no son más los actores y las actrices ni los bailarines, los periodistas son los verdaderos divos de esta época.”


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Entre esas cosas fundamentales que no se discuten, el tema de la desigualdad ocupa un lugar central: “La situación de Ginny es algo que ya se ve en Soñar soñar, por ejemplo, la película de (Leonardo) Favio; es algo de todas las épocas –dice con tono triste–. Evidentemente eso muestra que no hemos avanzado con una sociedad más justa, más equitativa y que distribuya mejor”. Y ni siquiera es sólo algo que la ficción recrea de la realidad, es la realidad misma. “Yo hacía giras por la provincia de Santa Fe, por Chaco, por Corrientes y en algunos lugares nos venían a ofrecer sus hijos, sus hijas para que lo llevemos a la ciudad. Una madre ofrece a su hija de  14 años para que nosotros la llevemos a Rosario para que ella pudiera desarrollarse: ‘sabe planchar, sabe coser, sabe las tareas de la casa’, tendría 14 años. ¿Vos me decís que esa madre es mala? No ella era del norte de Santa Fe, había padecido los bosques arrasados por la campaña de deforestación del Chaco y el norte de Santa Fe  y quería lo mejor para su hija. Esa chica tiene pajaritos en la cabeza y lo único que quieres triunfar, se puede decir de Ginny, pero las ideas del triunfo que tiene se las impone un periodismo que tiende hacia esos territorios. Y si sos periodista lo que te impone la sociedad es que tenés que ser como Pagni, o como Lanata, tener ese nivel de escucha y de repercusión. A mí también mi tía, mi mamá me decían por qué no estás con tal actor, con tal actriz, por qué no te invito a comer Mirtha Legrand.” Normativización constante y perniciosa de la que se hace muy difícil escapar.


Y en esa comunidad que parece despreciar una distribución de la riqueza más equitativa, se desató una pandemia que golpeó duro a las artes en general y al teatro en particular. “Hay un voluntarismo del teatro independiente y del comercial de mantener la expectativa que genera en el público la posibilidad de un estreno. Hay una gran voluntad pero creo que no pueden pasar de ese territorio. Y no es poco tener en estas condiciones, es de una valentía admirable, una valentía que no tengo; yo estoy demolido. Me produce una enorme tristeza. Ha sido el sector más castigado, incluso que el gastronómico o las líneas aéreas, y al que más se le ha pedido respecto a los protocolos. Y sin embargo desde el Estado ha habido muy poca inventiva para activar al sector. No puedo creer que a un año de pandemia la Televisión Pública, por ejemplo, no esté haciendo programas de dos o tres actores con distancia, generando proyectos de escritura para los guionistas, conteniendo un sector que está destrozado, con todos endeudados con impuestos, con colegios. Cómo puede ser que el Instituto de Cine no haya generado una corriente de 300 directores que escriban para cuando esto se puede activar, cuando hemos estado meses en nuestras casas viendo para dónde corríamos. Y no soy una persona que le demande todo al Estado. Hubo becas, hubo algunos intentos de generar algunas cosas pero ha sido siempre con una burocracia enorme, con un retraso en los pagos que llegaron a tres, cuatro meses en semejante situación de emergencia. Es muy preocupante que a un año del comienzo de la pandemia no haya una ley de emergencia cultural. No es sólo una cuestión de dinero, es de capacidad de inventiva.”


Sector vip. De Eduardo Pinto. Guión: Rodolfo Cela. Con Luis Machín, Martina Krasinskym, Joaquiín Berthold, Ana Celentano. Estreno 4 de febrero por Cine.ar TV, desde el 5 de febrero disponible Cine.ar Play, desde el 18 de febrero por 8 semanas en Cine.ar estrenos.