«I’m ready to run», le dijo el presidente Mauricio al periodista Erik Schatzker de la agencia Bloomberg, uno de los medios económicos más influyentes del mundo financiero internacional, apenas comenzó su recorrido por Nueva York, antes de ofrecer su discurso ante la 73° Asamblea General de Naciones Unidas.

La frase, en castellano, significa: «Estoy listo para competir». Lo dijo en referencia a sus intenciones para pelear su reelección en 2019. ya que el principal interrogante que el jefe de Estado buscará responder ante los principales representantes de Wall Street sobre la continuidad de su Gobierno luego del año que viene. También lo señaló, poco antes de lanzar, desde Buenos Aires, una campaña mediática contra el cuarto paro nacional en su contra.

Aunque Macri ya confirmó esas aspiraciones durante los momentos más álgidos de la crisis económica que comenzó en mayo, dentro del Gobierno admiten el peso de esa incógnita, transmitidas en boca de las autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI), de los tenedores de bonos argentinos y de las empresas norteamericanas, cuyas inversiones la Casa Rosada aún no cosechó como esperaba.

Tan importante es la necesidad de vender la idea de «continuidad» a los mercados, que la primera escala del Presidente fue una reunión en las oficinas neoyorkinas del Financial Times. Llegó acompañado del ministro de Hacienda Nicolás Dujovne, el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, y el embajador argentino en los Estados Unidos, Fernando Oris de Roa. Del otro lado, escucharon atentos los ejecutivos: Jane Fraser (Citi Bank), Ed Al Hussainy (Columbia Threadneedl), Alberto Ramos (Goldman Sachs), Gerardo Mato (HSBC), Martin Marron (JP Morgan), John Moore (Morgan Stanley), Michael Gómez (PIMCO) y Tom Langford (UBS). 

Luego siguió un almuerzo «con un grupo de empresarios que le manifestaron su interés en realizar inversiones en la Argentina, especialmente en las áreas bancaria y energética», pero no hubo detalle sobre la identidad de los interlocutores. En la Casa Rosada explicaron que el Presidente llevó a los CEOs financieros y energéticos parte del mismo mensaje que le contestó a la cadena Bloomberg. La tarde continuó con un clásico del lobby estadounidense sobre la Argentina, con una nueva reunión de Macri con la titular del Consejo de las Américas, Susan Segal, en la residencia que posee cerca del Central Park, en Manhattan.

La primera jornada presidencial en la Gran Manzana concluyó con la foto junto al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en la recepción oficial para todos los jefes de Estado que llegaron para participar de la 73° Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, donde Macri hablará este martes, cerca de las 16.30 hora argentina. 

Este lunes por la noche, el Presidente cenó en el exclusivo restauran Cipriani, para el premio “Ciudadano Global 2018”, junto a la primera ministra de Noruega Erna Sorberg. El reconocimiento será entregado por el Atlantic Council, un think thank creado durante los inicios de la Guerra Fría, financiado por el lobby del complejo militar industrial de los Estados Unidos. 

El plato fuerte del martes será el discurso ante la Asamblea de la ONU, pero el Presidente arrancará la jornada con más reuniones con «posibles inversores», mientras el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, mantiene contactos «técnicos» con los miembros del directorio del Fondo Monetario Internacional, a la espera de que aprueben el adelantamiento de parte de endeudamiento previsto para los próximos dos años. A diferencia del optimismo que intentó transmitir Macri, las señales provenientes desde Washington no fueron las esperadas: el organismo podría entregar el adelanto de unos 3.000 millones, de los 15.000 millones que aguardaba la Argentina, y la decisión podría concretarse esta semana.

Luego de su alocución en el Palacio de las Naciones, Macri dará una conferencia de prensa, donde posiblemente hable sobre el cuarto paro nacional convocado por la CGT. En la Casa Rosada admiten la contundencia que tendrá, pero sus principales voceros buscarán bajarle el tono, insistir en los costos económicos y vincularla con una embestida opositora. Parte de ese libreto podría ser enunciado por el propio Macri, antes de dejar una mini gira de luces y volver al sombrío escenario de la economía para el próximo semestre.