El presidente Mauricio Macri tuvo que enfrentar los cuestionamientos por la detención de Milagro Sala durante la conferencia de prensa que ofreció en Madrid tras su encuentro con el jefe del gobierno Mariano Rajoy. «La Justicia funciona, y de manera independiente», respondió ante la consulta sobre el caso de la dirigente social jujeña. Insistió, además, en que invitó a organismos de Derechos Humanos a visitar la provincia de Jujuy y reunirse con sus autoridades judiciales, algo que se concretará entre abril y mayo.

«Me pasó una petición un integrante del partido Podemos (por el diputado Marcelo Espósito), en forma muy educada, pero es un tema que está en manos de la Justicia de Jujuy», adujo Macri en la rueda de prensa conjunta con su par español. Poco antes, en un programa de televisión, había dicho que no escuchó los reclamos por Milagro Sala en el Parlamento «por el ruido de los aplausos», al ingresar.

El tema de los derechos humanos se puso nuevamente en el tapete, pero en sentido contrario, cuando el propio Macri señaló que Venezuela formó parte del diálogo que habían mantenido con Rajoy.

«Existe una enorme preocupación por lo que está sufriendo el pueblo venezolano, donde cada día las cosas están peor», señaló Macri y apuntó contra «algunos que siguen negando lo que pasa» en Venezuela. Luego agregó que «no se respetan los derechos humanos», y puso como ejemplo la «condena» al dirigente opositor Leopoldo López» y los «presos políticos» que se le endilgan al gobierno chavista.

Casi al mismo tiempo, la dirección de Aministía Internacional emitía un documento en Buenos Aires donde engloba tanto a Argentina como a Venezuela en la lista de «dos presos políticos que ensombrecen sus récord en materia de derechos humanos». López fue condenado por su responsabilidad en las guarimbas que hace tres años dejaron un saldo de 43 muertos. Sala, por protestar contra el gobierno de Gerardo Morales.

En el caso del gobierno macrista, Amnistía fue particularmente dura con la gestión del actual presidente al recordar que además del caso Sala se «contagió» de la retórica de la que abrevan nuevos líderes como el presidente Donald Trump que «identifican a personas vulnerables, como refugiados o inmigrantes, para justificar políticas de seguridad o políticas económicas» discriminatorias y excluyentes. Mariela Belski, directora de AI en Argentina, especificó en una rueda de prensa en Buenos Aires que «Milagro Sala es un caso de criminalización de la protesta social, es una detención arbitraria, debería estar libre hoy, pero se cumplen 400 días de su detención»,

Rajoy, que fue acusado por el diputado de Podemos Iñigo Errejón de hablar -mal- de Venezuela cuando no tiene nada bueno para decir sobre su propia gestión en España, coincidió con Macri en que la condición en el país caribeño «es muy preocupante, pero cada vez preocupa más».

«Empieza a ser inconcebible que no se respeten los derechos humanos y que haya gente que esté en la cárcel por opinar diferente. Quiero para Venezuela lo mismo que para España, un sistema con democracia, libertad, con un Estado de derecho donde se cumpla la ley», abundó Rajoy.

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