Dicen los Amautas que hoy se termina y empieza un nuevo ciclo. Los Amautas son los sabios ancestrales de la cultura originaria que encabezaron la celebración de la Pacha Mama, que se festeja en la zona andina durante todo el mes de agosto. Pero en ciertos sectores de Jujuy, esa festividad en el que se la ofrenda a la Madre Tierra como símbolo de una nueva era, tiene un doble significado: también podría simbolizar una nueva era para Milagro Sala, la dirigente social que está presa hace más de un año y medio y que se espera que en los próximos días obtenga la prisión domiciliaria.

El rumor fue creciendo desde el viernes, cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dio a conocer una medida cautelar en la que exigía al Estado Nacional que le otorgara su libertad.  La resolución sorprendió a propios y ajenos. Para los organismos de Derechos Humanos y del Comité por la Libertad de Milagro Sala fue un destello en el medio de un panorama pantanoso y desconcertante, se vivió con festejo y esperanza. Para el Gobierno nacional y provincial fue la peor noticia.

Si bien no existe un protocolo con respecto a cómo acatar las recomendaciones de la CIDH, el Gobierno Nacional notificó al provincial sobre la resolución. En ese marco, el poder ejecutivo jujeño elaboró un decreto para, a su vez, notificarle la resolución al Poder Judicial. Según confirmaron fuentes de la gobernación de Gerardo Morales a Tiempo Argentino, el decreto se verá reflejado mañana mismo en el boletín oficial porque hoy es feriado en la Provincia. “Morales quiere sacar ese decreto inmediatamente”, confiaron.

El fin de semana, el gobernador eligió un tuiter para manifestar su voluntad de acatar la resolución, aunque volvió a fustigar a la dirigente social, su archi enemiga. Por otro lado, el titular del ministerio público de la acusación de Jujuy, Sergio Lello Sánchez, señaló que desde su cartera recomendarían otorgar la prisión domiciliaria.

Sin embargo, la decisión final está a cargo de los dos jueces, Gastón Mercau y Pablo Pullen Lleramanos, aunque para los abogados de Sala, siempre estuvo claro que su detención “fue y es una decisión netamente política”.

Por eso, no llama la atención que en medio de esta bataola el presidente Mauricio Macri aterrice en Jujuy mañana a las 15 para una actividad netamente proselitista. Nadie puede creer que esta visita sea “casualidad”. Es más: según confirmaron desde el comité de campaña de Cambiemos de Jujuy, el viaje de Macri se decidió el lunes, es decir, a último momento. No estaba planificado.

El Presidente llegará a la provincia alrededor de las 15 y visitará, ni más ni menos, que la localidad de Alto Comedero, la misma zona en la que Milagro Sala construyó el barrio de la Tupac Amaru. Por supuesto que el Presidente pasará de largo el barrio emblema de Sala y se detendrá para charlar con los vecinos de “Las 150 hectáreas”, otro barrio construido por organizaciones sociales que, según denunciaron los abogados de Sala, fueron “cooptados” por el Gobernador Morales. Pero nadie duda que el ojo estará puesto en el discurso presidencial y en si hará referencia o no a la cautelar de la CIDH.

En la sede de la Tupac Amaru en el centro de San Salvador de Jujuy la gente está esperanzada. Después de un año y medio muchos se animan a esbozar alguna sonrisa y a vaticinar qué día verán a su líder fuera de prisión. Los Amautas inician el ritual ofrendando comida y bebida a la tierra. Y en el medio de los gritos de Jallalla -el rugido de fuerza de los pueblos originarios– todos evocan al unísono “Libertad a Milagro Sala”. Ahora saben que está más cerca.