El Gobierno enfrentará este martes el primer test -político y económico- al plan de emergencia que terminó de pulir durante el fin de semana con el reemplazo de Nicolás Dujovne por Hernán Lacunza al frente del Ministerio de Hacienda para intentar sortear la crisis por la fuerte derrota en las PASO del 11 de agosto pasado.

El inicio de la semana con un día no laborable dio los primeros indicios sobre la desconfianza que genera la situación argentina: sin operaciones en el mercado cambiario, los bonos de la deuda registraron caídas de hasta el 9 por ciento; en tanto que el riesgo país se disparó 14 por ciento y alcanzó los 1897 puntos.

El nuevo ministro jurará en su cargo mañana a las 8:30. Apenas un día después, el Gobierno recibirá a los gobernadores de provincias petroleras y las empresas del sector para discutir el congelamiento de precios de combustibles dispuesto por Mauricio Macri tras la hecatombe electoral.

La reacción de los mandatarios provinciales pronostica que ese diálogo será tenso. El flamante jefe de Hacienda; el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; y el secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, serán los encargados de escuchar las quejas que varios gobernadores ya manifestaron apenas se conoció el congelamiento por 90 días.

«Desde el gobierno de Río Negro rechazamos el congelamiento de precios de combustibles dispuesto por Nación y no descartamos recurrir a la Justicia para evitar las consecuencias económicas negativas para nuestra Provincia», aseveró el gobernador de esa provincia, Alberto Weretilneck, a través de sus redes sociales.

Las declaraciones de Weretilneck tienen para la Casa Rosada el sabor de la derrota. El mandatario patagónico fue de los pocos que aceptó la foto de apoyo con el oficialismo y se convirtió en una de las pocas piezas que Miguel Angel Pichetto logró ¿sumar? después de su designación como candidato a vice de Macri.

Los resultados electorales y la urgencia de medidas económico-sociales para recuperar adhesión entre sectores desencantados con la marcha de la economía marcó un punto de inflexión en esas supuestas alianzas. Weretilneck se hizo eco de las posiciones más duras entre los gobernadores de provincias petroleras.

El mandatario rionegrino insistió en que, si bien «es importante que se establezcan medidas de alivio para el bolsillo de la gente» en respuesta a las demandas que el Gobierno leyó de los resultados electorales, el costo de ese paquete «no no debe ser pagado solo por las provincias».

Cumbre peronista

En simultáneo a la convocatoria del poder central, los gobernadores del PJ también tienen previsto encontrarse este miércoles en el Centro Federal de Inversiones (CFI), las históricas oficinas del bajo porteño donde las provincias diseñan las tácticas para negociar -o pulsear- con la Nación.

Apalancados por la contudente victoria del opositor Frente de Todos, los gobernadores peronistas llegan a ese encuentro con el suficiente oxígeno político para discutir el impacto de los cambios en Ganancias y Monotributo y la devolución del IVA en los presupuestos locales.

Los mandatarios peronistas analizan elaborar una crítica conjunta ante el desfinanciamiento de las arcas locales por la reducción del impuesto coparticipable.

La plataforma del Frente de Todos incluye la reducción del Impuesto al Valor Agregado, pero, según aclaró Alberto Fernández en las últimas horas, “en un contexto diferente” al que la medida fue adoptada por el equipo de Cambiemos.

Los gobernadores aspiran a sumar este miércoles al encuentro a Juan Manuel Urtubey (Salta) y Juan Schiaretti (Córdoba).

El primero jugó en las PASO como candidato a viceprsidente en el armado del exministro de Economía Roberto Lavagna. El segundo, en tanto, evitó un pronunciamiento claro que lo dejó más cerca de Macri: Córdoba y la Ciudad de Buenos Aires fueron los únicos distritos donde el Presidente logró frenar la oleada opositora.