El presidente Mauricio Macri arribó a la República Popular China para participar en la cumbre del G20. El mandatario señaló que llega por primera vez a esta cumbre mundial «con mucha expectativa y con la clara intención de trabajar junto a los países más poderosos del mundo en la lucha contra el narcotráfico, la pobreza y el terrorismo».

El jefe de Estado arribó pasadas las 23 del jueves (hora de Argentina) al aeropuerto de Hangzhou, una importante ciudad en el delta del río Yangtsé y capital de la provincia de Zhejiang, China, procedente de Qatar, donde había mantenido un encuentro con el emir Tamim bin Hamad Al Thani, en la ciudad de Doha.

Durante su estadía en China, que se extenderá hasta el lunes, el Presidente tiene previsto reunirse con su par de Rusia, Vladimir Putin. También se reunirá con los primeros ministros de la India, Narendra Modi; de Corea del Sur, Hwang Kyo-ahn; con la canciller alemana Angela Merkel, y con el primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, según consignaron las fuentes

Temas candentes

La guerra en Siria, la crisis de refugiados, el Brexit, el conflicto ucraniano, el contencioso nuclear norcoreano y el avance del yihadismo son temas que ocuparán buena parte de los debates entre los principales líderes durante la cumbre del G20, que arranca el domingo.

La ciudad de Hangzhou, en el este de China, será el escenario de dos intensos días -4 y 5 de septiembre- de reuniones entre los dirigentes internacionales para discutir la marcha de la economía global pero también algunos de los conflictos mundiales más calientes.

La asistencia prevista a Hangzhou de los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama; Rusia, Vladimir Putin; o Turquía, Recep Tayyip Erdogan, será garantía para que tres de los principales países involucrados en el conflicto sirio intenten poner en común sus divergentes estrategias.

La reciente entrada de Turquía a territorio sirio, donde bombardea en paralelo al grupo silamista Estado Islámico (EI) y a los combatientes de las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG), aliados de Estados Unidos en el combate al EI, complica las cosas.

Por su parte, Rusia y Turquía, otrora enfrentados después de que el último derribara un avión ruso en octubre de 2015, tendrán oportunidad de continuar aproximando posturas, ahora que Ankara no exige de forma tan taxativa la marcha del líder sirio, Bashar al Assad, más en línea con Moscú, que se opone a su retirada.

Un intrincado escenario en el que China, anfitrión del G20, alinea su postura a la de Rusia mientras aboga por una solución política a la guerra, si bien recientemente anunció la asistencia humanitaria de su Ejército a las fuerzas armadas sirias.

Hangzhou, adonde acudirán también la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, brindará asimismo la oportunidad de evaluar el cuestionado acuerdo entre Ankara y la Unión Europea (UE) para deportar refugiados desde Europa a suelo turco, y que incluía una eventual entrada de Turquía al bloque comunitario.

El presidente francés, Francois Hollande, cuyo país ha sido especialmente golpeado por los ataques yihadistas, mantendrá una reunión trilateral con Merkel y Putin para tratar la renovada crisis entre Moscú y Kiev por la península de Crimea, anexionada por Rusia, en 2014.

Al margen de estos conflictos, las miradas estarán dirigidas también al encuentro previsto entre el presidente del país organizador, Xi Jinping, con Obama.

El gobierno chino dijo esperar que el encuentro, previsto para este sábado, «coseche buenos resultados», informó la agencia de noticias EFE.

Zhu Guangyao, viceministro de Finanzas chino, aseguró en una rueda de prensa que el país cuenta con obtener buenos resultados tanto en cooperación bilateral como en coordinación de asuntos multilaterales del encuentro Xi-Obama y de su posterior participación conjunta en la cumbre del G20.

«Xi otorga gran importancia a los lazos económicos entre China y Estados Unidos, y las dos economías están ahora íntimamente interrelacionadas», manifestó Zhu desde Hangzhou, informó la agencia de noticias oficial Xinhua.

En la que será su última visita a Asia antes de abandonar la presidencia en enero próximo, se espera que Obama aproveche la ocasión para ratificar con Xi el pacto sobre el cambio climático alcanzado a finales del año pasado en la cumbre de París, consolidando la lucha contra el calentamiento global como su batalla compartida.
Será seguramente el fruto más positivo de sus conversaciones, lastradas por las acusaciones que ambos países se hacen de militarizar el mar de China Meridional, zona en la que Beijing mantiene disputas territoriales con varias naciones vecinas.

La primera ministra británica, Theresa May, se estrenará por otro lado en estas lides con la ardua tarea de preservar las buenas relaciones con sus socios europeos tras el Brexit y la necesidad de establecer acuerdos comerciales con países de fuera del bloque, especialmente con China, pragmática al respecto pero favorable a una UE unida.