Con una consigna que parece latinoamericana, pero en este caso es inglesa, “Paremos el golpe de Estado” (Stop de Coup), miles de manifestantes salieron este sábado a la calle en unas treinta ciudades del Reino Unido para protestar contra la clausura del Parlamento durante cinco semanas, entre mediados de septiembre y mediados de octubre. Así lo dispuso el primer ministro Boris Johnson, como medida previa a la salida británica de la Unión Europea (Brexit).

Los grupos Otra Europa es posible y Momentum (este último del Partido Laborista) llamaron a movilizarse y a “ocupar los puentes y bloquear carreteras” en contra del Brexit. La residencia oficial del primer ministro en Downing Street, Londres, fue uno de los puntos que concentró mayor masividad. John McDonnell, un vocero y mano derecha del líder del laborismo Jeremy Corbyn, defendió la necesidad de “luchar para proteger la democracia”, ya que Johnson “quiere cerrar nuestra democracia y forzar un Brexit sin acuerdo”. Además subrayó que los diputados deben contar con el tiempo suficiente para “dar su opinión sobre las políticas (oficiales) y el futuro del país”.

Si bien el primer ministro inglés tiene potestad para tomar esta medida, el timming no cayó bien en buena parte de la sociedad británica, ya que por un lado el Brexit está previsto para el 31 de octubre (y el Parlamento estaría cerrado hasta el 14 de ese mes) y, por otro, el extenso lapso de cinco semanas hace que los antibrexit teman no poder pelear para evitar o hacer menos traumática la salida de la Unión Europea.
El primer ministro Boris Johnson –que sucedió a Theresa May– sostiene que su objetivo es conseguir mayores concesiones en la salida que aún debe arreglar con Bruselas, y mantiene que cumplirá con esa fecha más allá de que no lograse cerrar el pacto.

Desde el oficialismo británico salieron a respaldarlo, por ejemplo, el responsable de la cartera de Economía, Sajid Javid, argumentó la decisión de Johnson y sostuvo que “es bastante normal en este momento del año que el Parlamento inicie un receso». Sin embargo, ya hay al menos tres presentaciones judiciales para frenar la pausa parlamentaria, una de ellas tiene se encuentra en los tribunales escoses que no aceptaron tomarla de manera urgente el último viernes, pero que tendrán que expedirse sobre ella próximamente. Una de las cuestiones más complejas es evitar que se imponga una frontera en Irlanda. Para el martes próximo habrá nuevas protestas y marchas contra la medida de Johnson.