El Diego Schissi Quinteto que con nueve años de trayectoria es reconocido como una de las agrupaciones más prestigiosas de tango instrumental de los últimos tiempos, presentará este domingo 3 de junio a las 19 Tanguera, su nuevo trabajo discográfico dedicado a la música de Mariano Mores. El concierto se llevará a cabo en la Usina del Arte, donde fue grabado dicho álbum los días 1, 8 y 15 de septiembre de 2017, y contará con la presencia de grandes cantoras invitadas: Lidia Borda, Nadia Larcher, Micaela Vita y Viviana Scarlassa. Participarán también los bailarines Ollantay Rojas, Milagros Rolandelli y Lisandro Eberle. El quinteto está integrado por Diego Schissi (piano y arreglos), Santiago Segret (bandoneón y voz), Guillermo Rubino (violín), Ismael Grossman (guitarra) y Juan Pablo Navarro (contrabajo).

La nueva placa, sucesora de Tongos (2010), el DVD Tongos en vivo (2011), Tipas y Tipos (2012, ganador del Premio Gardel 2013 al mejor álbum de Tango Alternativo), Hermanos (2014, junto a Aca Seca Trío), Timba (2016, también ganador del Premio Gardel 2017 en la categoría de Tango Instrumental), tiene la particularidad de encarar temas compuestos por el recordado pianista y compositor, lo cual constituyó un desafío para la agrupación que fundamenta su repertorio en composiciones de su propia cosecha. 

Conociendo la obra de Schissi, se puede pensar que la de Mores está en las antípodas de su estética. Sin embargo el enfoque que el quinteto le aporta a las doce reconocidas piezas del pianista hace que su relectura las transforme en vehículos de un meticuloso tratamiento sonoro que se evidencia en diversos aspectos (contrapuntísticos, armónicos, rítmicos y de intensidades) pero siempre poniendo énfasis en el valor de las inconfundibles melodías que vistieron las letras de poetas del género como José María Contursi, Enrique Santos Discépolo, Mario Battistella, Rodolfo Taboada o Carlos A. Petit / Luis Iturraspe. Los arreglos de Schissi les agregan a las melodías una inteligente utilización de los recursos expresivos que sabe obtener junto con sus compañeros de grupo. La placa, además, cuenta con la participación de Lidia Borda (voz en «Cristal» y «Sin palabras», Nadia Larcher (voz en «En esta tarde gris») y Micaela Vita (voz en «Cafetín de Buenos Aires»). 

Schissi, quien dialogó con  Tiempo Argentino acerca de la nueva placa, dijo respecto de su gestación:  «Adrián Iaies, director de la Usina del Arte, fue quien nos hizo la sugerencia de trabajar sobre la música de Mariano Mores. En principio esto no estaba en nuestros planes, ya que trabajamos con composiciones propias. Pero nos entusiasmó el desafío». Y agrega: «debimos trabajar de manera veloz tanto en los arreglos como en los ensayos. Tuvimos la posibilidad de convocar a distintos artistas invitados y, luego de tres conciertos en los cuales se registró el material, vimos que teníamos la oportunidad de editar este disco. No habíamos imaginado la posibilidad de hacer un trabajo con la música de Mores, pero finalmente se transformó en un impensado regalo para nuestra vida profesional».

– Llama la atención el trabajo hecho con los arreglos para el quinteto de temas tan conocidos como «En esta tarde gris», «Cristal», «Cafetín de Buenos Aires», «El firulete» o «Luces de mi ciudad», sobre todo teniendo en cuenta que Mores era conocido principalmente por sus orquestaciones exuberantes al estilo de George Gershwin, por ejemplo.
– En realidad mi relación con su música, más que por sus orquestaciones, me llegó siempre por el interés que me producía lo relacionado con su trabajo con las melodías, por el impacto emocional que me genera su labor con las letras y su inspiración melódica, que es única dentro del género. Esto es algo que a los que tenemos más de cuarenta años nos marcó mucho. Por ese lado es por donde pudimos encarar un repertorio basado en su obra sin traicionar la naturaleza sonora de nuestro grupo.

– ¿De qué manera plantearon los arreglos para sus composiciones?
– Nos enfrentamos a la tensión de encarar una obra que no tiene muchos puntos de contacto con la dinámica de la música que trabajamos nosotros. Pero creo que conseguimos alinear nuestras expectativas sonoras con las posibilidades que ofrecen sus composiciones. Logramos que no se tratara de un mero homenaje a Mores, sino que pudimos aplicar elementos compositivos basados en sus partituras y mantuvimos nuestra propia estética sonora. Nos basamos en el desarrollo de sus melodías y tomamos algunas libertades recurriendo a elementos de nuestra propia producción.

¿Se podría definir el trabajo como una reescritura de sus obras, que es una tendencia que se viene observando en la música desde hace algún tiempo?
– Yo prefiero hablar de versiones en este caso. Por ejemplo, los arreglos de «Taquito militar» están basados en los que en su momento hizo Horacio Salgán. O sea que se dio la paradoja de que hicimos arreglos sobre un arreglo, lo cual se transformó casi en una copia de otra copia que terminó por convertirse en otra variación. En este caso también se dio un doble homenaje a Mores y a Salgán tamizado por nuestra propia mirada.

– Llama la atención el tratamiento tanto armónico como rítmico que se les da a ciertos temas, como  «Cuartito azul» en el que al comienzo la parte rítmica sugiere de manera sutil y tácita a la melodía.
– En este caso es como si hubiésemos pasado la canción por el filtro rítmico de Carlos Di Sarli. Hay una reelaboración de ciertos gestos del género que nos permitió encontrar espacios en los que pudiéramos trabajar con nuestra voz propia. De todos modos, siempre cuidamos el perfil melódico de cada tema. La melodía siempre está presente, incluso en este caso, en el que, a pesar de la marcación rítmica manifiesta al principio de la canción, la melodía aparece sugerida dentro de esa misma marcación mediante insinuaciones a cargo del bandoneón y el violín. Creo que la melodía es el rostro de una canción, por este motivo es que la respetamos en todos los casos.

– En el caso de «Grisel», la introducción en acordes menores le otorga una atmósfera todavía más melancólica que la de la partitura original.
– Hicimos un trabajo muy definido para evitar el clima que de por sí propone el tema y conseguimos llevarlo a un clima de mayor melancolía todavía. Ese tipo de operaciones es el que propusimos para cada tema. 

– Esto se observa inclusive en la versión despojada de «Luces de mi ciudad», que cierra la placa, a cargo sólo de tu piano.
– Es una relectura nostálgica y más llevada al «pianismo» del jazz, que casi está en las antípodas de la versión exuberantemente orquestal que conocemos todos. Creo que si algún sentido tiene haber hecho estas adaptaciones fue el de encontrarle un nuevo vestido a estas melodías. Pero un vestido que les queden bien, que les sirva para lucir distintas pero que permita que se reconozca qué tema estamos tocando. En todos los casos fuimos intencionadamente prudentes para que cada melodía fuera identificada, porque creo que es tal vez el valor más reconocible y más movilizador en cada una de las creaciones de Mores.