Bajar la inflación, cueste lo que cueste. Esa es la premisa principal del gobierno para este año. Paritarias a la baja, despidos, retracción de la economía y hasta un Indec que vuelve a generar dudas. Todo vale para encarar un año electoral con una «victoria» política que al menos sirva de eslogan para la campaña: le ganamos a la inflación. Para esto, lanzó en el Presupuesto una inflación estimada de «entre el 12 y el 17 por ciento». Propios y extraños saben que es inviable. Tal es así, que el presidente Macri ya advirtió que estará «entre el 18 y el 20 por ciento».
Consultoras privadas que suelen dar la derecha al macrismo estiman que estará entre el 19 y el 25 por ciento. Sin embargo, el jecutivo busca poner un techo del 18% a las paritarias.

El año pasado, ya hizo un intento y le salió el tiro por la culata. Pretendió negociar aumentos salariales por debajo del 25% y no lo logró. Las subas superaron –en casi todos los casos– el 33%, aunque aun así quedaron por debajo de la inflación, que fue la más alta de los últimos 25 años: un 42 por ciento. A inicios de ese año, la posición del «25 o menos» estaba firme y, para contrarrestar, los gremios pujaron aumentos semestrales que, a fin de cuentas, terminaron por lograr las subas más importantes.

El director del Observatorio del Derecho Social de la CTA Luis Campos dijo a Tiempo que «si el gobierno pretende instalar ese techo, va a haber un grado de conflictividad muy alto. Gremios que están dentro de la CTA protagonizaron el año pasado conflictos que fueron muy prolongados y, con este esquema, seguramente habrá un grado de conflictividad incluso mayor al del año pasado».
Para Campos, en el sector público, «será muy importante lo que ocurra con el sector docente, ya que marcará un poco el pulso de las demás paritarias». Por ahora, la negociación está estancada y el tema promete dar para largo. María Eugenia Vidal impulsa una suba del 18%, que fue rechazada por SUTEBA, que pide un 35%, para compensar la pérdida del año pasado (34,6 por ciento). Además, los trabajadores docentes rechazan la eliminación de la tradicional negociación nacional que deja un piso para las provinciales.

Campos agregó que «al gobierno, le conviene un acuerdo como el que logró con UPCN, que también marca un poco el rumbo». Los trabajadores de Administración Pública cerraron en Buenos Aires un acuerdo del 18%, en cuatro cuotas, con una cláusula gatillo, en caso de que la inflación supere el 4,5 trimestral. El año pasado, UPCN firmó una paritaria del 31%, que fue la peor después de que la UTPBA acordara un 27% a 13 meses. ATE, Aemopba y CICOP rechazaron ese 18 por ciento. En el caso de ATE, anunció un paro para inicios de marzo.

En cambio, en el sector privado, Campos especuló con mayor flexibilidad por parte del gobierno. «Creo que en ese campo no sería raro que se estire un poco más, para evitar conflictividad. Dependerá de la capacidad de conflicto de cada sector.» En ese sentido, luego de varias semanas de declaraciones cruzadas, anuncios de paros, disputas judiciales y hasta un escrache al ministro de Trabajo, La Bancaria cerró en un 19,5 por ciento, también con cláusula gatillo. Además, ratificaron la recomposición del 4% para 2016 (habían firmado un 33%), que da un total acumulado de 24,3 por ciento.

UTEDYC, que nuclea a las entidades deportivas, firmó un acuerdo semestral del 15 por ciento. Se volverán a reunir en mitad de año. El año pasado, también dividieron la paritaria en dos y lograron un anual del 40% (15% y 22 por ciento). SMATA, gremio de mecánicos y transporte automotor, firmó con los concesionarios una suba trimestral. La primera fue del 6,2 por ciento. Un acuerdo polémico es el del sindicato del Seguro, que cerró con una las ramas el 35 por ciento. Ninguna de estas paritarias fueron homologadas aún por el Ministerio de Trabajo.

En marzo, se negociarán paritarias que suelen marcar la cancha a las demás: Comercio (en 2016, firmó un 39% en dos acuerdos semestrales), Construcción (también 39% en dos partes), Camioneros (37%) y Metalúrgicos (33 por ciento). Otra lucha que será interesante es la de Aceiteros (38% en un pago), que logran desde algunos años una paritaria bastante por encima del resto, lo cual los coloca como otro de los gremios que marcan el rumbo.«