El Tribunal Oral en lo Criminal N° 4 de San Martín resolvió hoy fijar la pena en contra del ex policía de la Bonaerense, Gustavo Vega, a 15 años y 6 meses de prisión por intentar asesinar a balazos a Joaquín Romero el 3 de febrero de 2011. Ese día es recordado como La Masacre de La Cárcova porque en una violenta represión policial murieron acribillados Franco Almirón, de 16, y Mauricio Ramos, de 17. El doble homicidio permanece impune.

Vega había sido condenado en marzo de 2014 por el TOC 2 de San Martín pero sólo a 7 años de prisión por el intento de homicidio del joven, que en ese momento tenía 19 años. Además, en ese cuestionado fallo el principal sospechoso del doble crimen, el efectivo de la extinta Policía Buenos Aires 2, Gustavo Rey, fue absuelto por el beneficio de la duda.

La querella y la fiscalía apelaron la medida porque consideraron que los jueces no habían contemplado que Vega era funcionario policial como agravante de la pena. En el caso de Rey, mantuvieron la acusación de ser el máximo responsable de los asesinatos.

En noviembre de 2015, la Sala I de la Cámara de Casación Bonaerense resolvió por un lado que otro tribunal debía fijar una nueva condena para Vega y que el juicio contra Rey debía realizarse otra vez. Así fue que la semana pasada se llevó adelante en el TOC 4 la audiencia entre las partes para definir el monto de la pena contra Vega, quien permanece preso. Hoy, finalmente, los jueces indicaron que el condenado debía pasar 15 años y medio en la cárcel.

Mientras tanto, aún no se define cuándo será el nuevo el juicio contra Rey. La querella y la fiscalía creen que en esta oportunidad podrán sentar en el banquillo de los acusados a otros implicados en la masacre como el comisario Víctor Hugo Uhalde y los oficiales Amílcar Esteban Pino y Carlos Amado Silva, de quien sospechan que tuvieron una participación clave en los hechos.

“Desentrañamos la mentira que intentó establecer la policía bonaerense y que una parte del poder judicial avaló hasta hoy”, indicó a Tiempo el diputado Leonardo Grosso y referente de la Campaña Nacional Contra La Violencia Institucional, quien concluyó: “Se hace justicia después de 6 años de lucha popular y de enfrentar a un sistema represivo que asesinó a dos pibes e intentó matar a otro”.

La masacre

Todo se inició poco después del mediodía de ese caluroso 3 de febrero, cuando un tren de carga descarriló en las inmediaciones del barrio. Amigos y vecinos que diariamente asistían a la quema del CEAMSE, en búsqueda de comida y lo que pudieran rescatar de la basura, fueron al lugar para ver qué estaba pasando. Poco después, agentes de la Bonaerene y la Policía Buenos Aires 2 se apostaron sobre las vías y los montículos de tierra para reprimir a la gente. Cuando los efectivos se quedaron sin postas de goma, comenzaron a tirar con las de plomo. Franco y Mauricio fueron acribillados y murieron en el acto. Joaquín recibió dos balazos por la espalda y estuvo 15 días internado. Sobrevivió para contarlo.