Mauro Amato tuvo su despertar en Atlético Tucumán. La provincia era gobernada por el genocida Antonio Domingo Bussi. Estuvo apenas en la temporada ’98-’99. Le alcanzó para bajar mensajes. Para descubrir intereses. Para identificarse con distintas causas. «Aguanten las Madres», se leyó en una remera negra acompañada de cuatro pañuelos blancos que exhibió en el festejo del gol en el 3 a 1 ante Godoy Cruz. “Sabía que iba a tener impacto», recuerda Amato, que ahora conduce a los chicos de 13 años de la Pre-Novena de Estudiantes de La Plata, club en el que debutó en 1992. 

–¿Por qué elegiste esa remera de las Madres? 

–Empezaba a tener más información de lo que había pasado en la dictadura y decidí que podía mandar mensajes a través de los goles y de los festejos. Entonces, me levantaba la remera y mostraba leyendas con distintos mensajes. Era una forma de brindar un apoyo ínfimo a una causa. Yo sabía que estaba Bussi: era un poco consciente y otro poco inconsciente. Pero animarse implicaba que el mensaje se propagara. Y tuvo muchas repercusiones. Estaba despertando mi interés social. 

–Bussi era gobernador cuando convertiste ese gol. 

–Sí, sabía que iba a llegar la información. Pero no tenía temor. 

–¿Cuál era el propósito?

–Me sorprendió porque ganamos y la foto no salió en ningún diario. Cuando uno hace un gol, suele aparecer en el diario de Tucumán. Y esa era la búsqueda: poder impactar desde la imagen. De todos modos, mostré otras remeras como la que decía «No se olviden de Cabezas». Quería involucrarme a través de un gol y de una remera. Quería llamar la atención con determinados temas. 

–¿Era una forma de protesta? 

–Yo lo veía como una reivindicación de ciertos casos. Era una forma de generar conciencia social. Un jugador de fútbol puede tirar mensajes y llegar a mucha gente. Y yo en ese momento andaba bien, metía goles y podía .  

–¿Y qué generó en el plantel?

–No tuvo demasiada repercusión. No había preguntas ni charlas. Sólo alguno que hacía alguna joda, pero no profundizamos porque no tenía conciencia real como para reunir a todo el plantel. Era un camino que estaba atravesando yo. 

–¿Qué vivencias quedaron de ese tiempo en Tucumán gobernada por Bussi?

–Era una provincia muy violenta. Había mucha tensión en el aire. Era una sensación de tensión casi permanente. Y el fútbol, con Atlético y San Martín, era parte de esa locura. 

–¿Volviste a ver la foto de la remera de Madres? 

–Hace poco en el Country de Estudiantes me convocaron para contar ese momento. Volví a vivirlo y fue muy lindo. Lo principal es transmitir la posibilidad de comprometerse socialmente y luchar por una causa. La remera se va agrandando y llega a otra generación. Es una forma de trasladarla a esta época en la que se podrían mostrar muchas remeras ligadas a las luchas de los Derechos Humanos. 

–¿Cómo cual? 

–Ahora me aislé, me fui de la ciudad y estoy en el campo. Bajé decibeles y hoy me vinculo con la naturaleza. Hoy no tengo televisión. Porque lo que pasan ahí es una realidad, no la realidad.