El cincuentenario del inicio de la Guerra de los Seis Días se cumplirá mañana sin la resolución de los principales conflictos generados a partir de este enfrentamiento bélico entre el Estado de Israel y una coalición árabe, entonces liderada por Egipto. 

Tras la guerra de 1967, Israel ocupó Cisjordania, Jerusalén Este, la Franja de Gaza, parte de los Altos del Golán y la península del Sinaí, territorios que durante medio siglo quedaron en el centro de la escena internacional y aún hoy –en su mayoría-, son el epicentro de la tensión en la región. Esta ocupación, condenada por la comunidad internacional y conminada a desmontarse por la resolución 242 de las Naciones Unidas del 22 de noviembre de 1967, sigue siendo una de las causas centrales de los padecimientos del pueblo palestino, el más castigado históricamente por los enfrentamientos entre judíos y árabes. 

La ONU acaba de advertir que «las políticas y prácticas de la ocupación israelí siguen siendo la causa principal de las necesidades humanitarias en los territorios palestinos» en el informe anual de la oficina del organismo para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). A 50 años del conflicto, el reclamo a Israel sigue siendo la retirada de esos territorios y volver a las fronteras del 4 de junio de 1967, un día anterior a la guerra, algo que no ha sucedido hasta ahora. 

La tensión existía desde la declaración del Estado de Israel en 1948, tras un histórico reclamo del pueblo judío, legitimado aún más luego del Holocausto, y las permanentes promesas a judíos y palestinos de organizar la región para la instauración de sendos estados. Un día después de la fundación, el 15 de mayo de ese año, Egipto, Jordania, Siria e Irak invadieron el territorio. Fue la primera guerra árabe-israelí, también conocida por los judíos como guerra de la independencia o de la liberación. Tras el conflicto, el territorio inicialmente previsto por la ONU para un Estado árabe se redujo a la mitad. Para los palestinos, fue el comienzo de la Nakba, la llamada «destrucción» o «catástrofe»: el inicio de la tragedia nacional. Unos 750 mil palestinos huyeron a países vecinos o fueron expulsados por tropas judías. 

En 1956, una crisis por el Canal de Suez enfrentaría a Israel con Egipto, que no sería definida en el terreno de combate sino por la presión internacional sobre Israel y Francia e Inglaterra, países que administraban el canal. Once años después, Egipto bloqueó el Estrecho de Tirán, lo que supuso una violación al Tratado de Suez. Jordania firmó su apoyo y permitió el paso a tropas iraquíes, lo que puso en máxima alerta a las fuerzas armadas israelíes, y Siria intervendría luego. Aunque la comunidad internacional reclamó buscar una salida pacífica, Israel lanzó un ataque preventivo el 5 de junio contra la aviación egipcia. En sucesivos ataques contra las otras fuerzas intervinientes, Israel obtendría una aplastante victoria en solo seis días. 

Como consecuencia, ocupó la Franja de Gaza y la península del Sinaí a Egipto, Cisjordania (incluida Jerusalén Oriental) a Jordania y los Altos del Golán a Siria. Medio millón de palestinos huyeron. Aunque la resolución 242 exigió la retirada de las tropas israelíes tras el fin de la contienda, Israel abandonó la Península del Sinaí recién en 1982, en el marcode la firma de un acuerdo de paz con Egipto.

Hoy la Autoridad Nacional Palestina, reconocida como Estado por varios países, entre ellos la Argentina, y admitida desde 2012 como Estado observador no miembro de la ONU, sigue reclamando el retiro de esos territorios. Tras la visita del presidente estadounidense Donald Trump a Israel y Palestina, el premier israelí Benjamín Netanyahu dijo que «cualquier acuerdo de paz incluirá control militar en Cisjordania», lo cual fue rechazado de inmediato por el gobierno palestino. «No aceptaremos ningún acuerdo que mantenga algún soldado israelí en tierra del Estado independiente de Palestina», declaró el vocero de la ANP, Nabil Abu Rudeineh. «Estas declaraciones perpetúan las causas de actual conflicto porque la paz y la seguridad solo se conseguirá con la retirada completa israelí de los territorios palestinos ocupados en 1967», respondió. 

Según los datos difundidos por la OCHA estos días, «la crisis en los territorios palestinos es la falta de protección para los civiles –de la violencia, del desplazamiento, de las restricciones al acceso a servicios y medios de subsistencia y de otras violaciones de derechos– con un impacto desproporcionado en los más vulnerables, sobre todo los niños», afirmó David Carden, responsable de la OCHA en los territorios palestinos ocupados. Según el informe, con datos de 2016, no hubo más desplazados forzados en la Franja de Gaza, pero se mantienen los 42 mil desde la guerra del verano de 2014, mientras que en Cisjordania se contabilizaron 1601 (759 son niños), principalmente por demoliciones de residencias e imposibilidad de obtener permiso de Israel para construir. «