El atentado en los Campos Elíseos de París tensó al máximo el final de la campaña para las presidenciales del domingo en Francia, centrando el debate en la lucha antiterrorista. Por tal razón los candidatos más inclinados a la derecha anularon sus compromisos para este viernes en señal de recogimiento.

El izquierdista Jean-Luc Mélenchon, cuarto favorito, decidió sin embargo mantener su agenda con el argumento de que «la violencia no tendrá la última palabra». Melenchón, que toma muy en cuenta el proceso progresista que vivió América Latina en lo que va del siglo y la llegada de gobiernos reaccionarios tras el triunfo de Mauricio Macri en Argentina, es acusado de ser el candidato del chavismo como si fuera un brulote del que él se burla.

Estos días también protagonizó una conferencia de prensa en la que tuvo oportunidad de protestar contra el “imperialismo” de pretender que las entrevistas se realicen en inglés. «Se creen los dueños del mundo. ¡Te hacen una rueda de prensa y tienes que hablar inglés!», se descargó ante una pregunta en el idioma de Shakespeare de un periodista de la cadena británica BBC. Agregó luego que obligar a todo el mundo a hablar en inglés es «intrínsecamente imperialista» pero al mismo tiempo, mostró su herencia hispana al hablar en perfecto castellano para replicar :

«¡Podemos hablar español, no es un problema!». Mélenchon nació en Marruecos hace 65 años y sus abuelos por parte de padre y de madre eran españoles y de allí recibió no solo la influencia sino que es parte de su acervo lingüístico personal como se puede observar en el video.

El líder del Parti de Gauche, la agrupación de la Francia Insumisa que replica en ese país al español Podemos, sostiene postulados del populismo latinoamericano y es acusado precisamente de defender al “régimen bolivariano”.

Pero en un contexto en que los candidatos del establishment galo se debaten entre la xenófoba Marine Le Pen, el acusado de corrupción François Fillón y el centrista Macron, su postura ante los problemas que aquejan a los franceses de a pie puede ser la sorpresa del domingo y no son pocos los que avizoran un balotaje entre él y Le Pen.