El frío no pareció ser obstáculo para que Mendoza vibrara con la reaparición de Lionel Messi y la Selección, después de la derrota ante Chile en la final de la Copa América. El estadio Malvinas Argentinas vibró con un lleno total. Tanto en la salida del alojamiento como así también durante el breve trayecto hasta el escenario ubicado en el Parque General San Martín, muchísimo público alentó a los jugadores del seleccionado, siendo el astro Messi el más ovacionado. 

Así, cerca de las 19:20 los vehículos que trasladaron al seleccionado se detuvieron en la puerta del estadio y la algarabía explotó cuando se abrió la puerta del micro y comenzó el desfile, con el entrenador Edgardo Bauza, quien hizo su debut oficial, al frente de la fila de jugadores. A las 20:20, cuando los jugadores saltaron al campo, la fiesta ya estaba preparada. Sólo faltaba que comenzara a rodar la pelota. Y cuando el partido comenzó, la gente lo disfrutó. En varios pasajes del primer tiempo, cuando el equipo albiceleste mostraba un claro dominio del balón, se escuchaban los «ole, ole» en los pases, incluso los intrascendentes en mitad de la cancha.

La presentación de Messi después de su anunciada y no concretada renuncia también fue celebrada por el público cuyano. El público se dio el gusto de festejar un gol del Diez con la camiseta celeste y blanca: el desvío del balón en la pierna de Giménez ni siquiera fue tenido en cuenta. También hubo banderas dedicadas especiamente al mejor jugador del mundo: «Prefiero perder con vos antes que perderte a vos», decía una de ellas. Su caño a Corujo levantó una ovación. Y en los últimos minutos del encuentro, un hincha se descolgó de la platea, invadió el campo y trató de ir a saludar a Leo: tuvieron que intervenir los agentes de seguridad para retirarlo. Como cada vez que la Selección juega en el Interior, se notó más cercanía entre el público y los jugadores.