A tono con la lucha contra el hambre planteada como política de Estado por el Gobierno Nacional, en Mendoza la oposición presentó un proyecto de protección y promoción de sus “cinturones verdes” que ayudan a la seguridad alimentaria local, mejora la calidad y abarata los costos de producción, ya que fomentan el consumo de cercanía.

En Mendoza, el cinturón verde de su área metropolitana –que incluye varios departamentos alrededor de la ciudad capital– es el segundo en producción de alimentos del país con más de dos mil explotaciones agrícolas en manos de agricultores familiares, de los cuales el 68% posee menos de cinco hectáreas y el 84% menos de 10 hectáreas. De ese total, un 95% es destinado al consumo interno (son más de 50 especies entre frutas y verduras que se producen en las distintas estaciones), sin embargo, esa área cultivada –que va de las 10 mil a las 14 mil hectáreas– no goza de protección contra el avance urbano, y sus productores no tienen un tratamiento adecuado por parte del gobierno del radical Rodolfo Suárez.

“Nuestro objetivo es cuidar, mejorar y potenciar la producción de alimentos de Mendoza y aportar herramientas para lograr la soberanía alimentaria”, afirma Marcelo Aparicio, diputado provincial del Frente de Todos e impulsor del proyecto.

“Queremos sumar a Mendoza a la lucha contra el hambre que estamos dando en el país. Buscamos ayudar a los productores con acceso al crédito y beneficios impositivos, generar una marca con denominación de origen y abaratar el costo de logística de los alimentos, promoviendo el consumo de cercanía. Esto es fomentar que en los centros urbanos se consuman los productos cultivados en su cinturón verde más cercano”, detalla.

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(Foto: AFP)

El modelo de cinturones verdes funciona con éxito desde hace años en varios países, como Canadá, Reino Unido y Brasil, entre otros. En Argentina se viene trabajando sobre la denominación y protección de estas zonas en distintas provincias y municipios, entre ellas el Área Metropolitana de Buenos Aires, La Plata, Rosario, Córdoba, Mar del Plata y Tucumán.

El proyecto, destaca Aparicio, busca la protección de los cinturones verdes “desde una impronta productiva con una mirada sustentable desde lo ambiental”, ya que se estimula el uso de productos biotecnológicos para el control de plagas, desestimando la aplicación de agrotóxicos.

En ese sentido, Martín Betancud, ingeniero agrónomo especialista en agroecología, opina que “los cinturones verdes de nuestra provincia son de un gran valor para los cultivos frutihortícolas, obteniendo alimentos de una calidad natural superior” y advierte que, de prosperar el proyecto, “estamos ante la oportunidad de ofrecer a los consumidores tanto del mercado interno como del externo, la calidad de nuestra tierra y el cuidado ambiental como valor agregado en la producción de nuestros alimentos”.