Un día, Federico Fazio puede contemplar una pintura en el Museo Van Gogh de Ámsterdam. No le gusta mirar mucha televisión. Otro, pasear por las calles cercanas al Coliseo empujando un carrito de bebé mientras espera ser padre por primera vez. Difícilmente, quizá porque nunca soñó con ser futbolista, otro día se ponga nervioso adentro de una cancha. Zaguero en la Roma que llegó hasta la semifinal de la Champions League y presente en todas las convocatorias de Jorge Sampaoli, Fazio –31 años, criado en Ramos Mejía, surgido de Ferro– es candidato a jugar de titular en la defensa el 16 de junio, cuando la Selección Argentina debute ante Islandia en el Mundial de Rusia.

–¿Cómo manejás la ansiedad?

–En parte, la clave es ser consciente de que al final estás jugando a eso que veías por televisión cuando eras chico, que es un Mundial. Ya llevo muchos años haciendo esto todos los días: entrenamientos, partidos, concentración, pretemporada, y al final es una costumbre, además de que es un trabajo y de que lo hacemos desde que éramos chicos y teníamos muchas ilusiones de jugar en la Selección. También estamos sobre el cierre de la temporada, ya jugamos cada tres días, campeonato y Champions, y no te da tiempo para pensar más allá del siguiente partido. Sé que falta muy poco y quiero estar en la lista final para el Mundial, pero el día a día me ayuda a no pensar.

–¿Cuáles son tus recuerdos de Mundiales?

–El primer Mundial del que me acuerdo es el de Estados Unidos 94, de ver el primer partido contra Grecia en el colegio y el partido de la eliminación contra Rumania en la casa de mi abuela. Y todo lo que pasó con Maradona. También del partido contra Inglaterra en Francia 98, los penales; después me acuerdo de que cuando ya estaba en Ferro vimos el Mundial de 2006. Había hecho sparring con los que habían ido a Alemania.

–¿Qué te pide Sampaoli?

–Siempre me deja en claro que quiere un equipo corto, alto, que recupere rápido la pelota cuando la pierde, que sea agresivo en esa recuperación, y que cuando la recupere, también sea agresivo en la búsqueda del gol. Siempre deja las ideas claras y eso es mucho más fácil para la tarea del jugador. Es importante también la confianza que me transmite.

–¿Con tres o cuatro jugadores en la defensa?

–Fuimos cambiando en todas estas convocatorias con él. Con tres, con cuatro, con diferentes jugadores. Pero también acá en Italia se trabaja mucho la parte táctica. Creo que es el país de las ligas de Europa en que más se trabaja jugar con tres y con cuatro, e incluso muchos te juegan así en un partido. Nosotros jugamos con tres y cuatro, tanto con Di Francesco como el año pasado con Spalletti, y yo jugué por derecha e izquierda con tres y cuatro.

–¿Te sigue gustando marcar al mejor del equipo rival, como en el baby fútbol de Estudiantil Porteño de Ramos?

–Sí… Siempre, sobre todo cuando uno va arriba, a presionar al equipo rival. Por ahí suelo ir a buscarlo, pero hay rivales que tienen muchos buenos jugadores, como el Barcelona, que el mejor es Messi y entonces tenemos que trabajar el equilibrio colectivamente, como equipo y con la pelota, no tanto individualmente.

–¿Cómo se marca a Messi?

–Estuve siete años en el Sevilla y nos enfrentamos muchas veces, y hasta alguna camiseta suya tengo. Si se lo marca bien, sobre todo, mejor… Ahora nos tocó jugar contra Messi, contra (Luis) Suárez, y tuve que trabajar sobre los mejores del equipo rival, que son ellos y que suelen ser los delanteros. Pero mejor siempre tenerlo de mi lado. Es el mejor del mundo y hay que aprovecharlo y disfrutarlo.

–¿Cómo es él en la Selección?

–Lo conozco no sólo de esta etapa, sino de las otras que me tocó ir, como a los Juegos Olímpicos de Beijing que ganamos en 2008, y siempre es el mejor, no sólo como jugador, cuando tiene la pelota en la cancha, sino también afuera. No es un líder vendehumo, más bien diría que todo lo contrario.

–¿Por qué?

–Es un líder que constantemente ayuda, tanto afuera como adentro de la cancha, y eso es bastante importante para todos los jugadores que lo tenemos al lado. Se lo ve más callado, que sobresale porque mete goles todos los partidos, por lo que es como jugador, pero por ahí tuve la oportunidad de conocerlo un poco más afuera de la cancha.

–¿Cómo trabajás los detalles?

–Cualquier detalle, el más mínimo, te puede hacer ganar un partido. Sea una pelota parada a favor o en contra, cualquier detalle que conozcas del rival. También descansar y alimentarse bien. Todo lo que tenga que ver con la profesionalidad. También la gente que tenés alrededor te ayuda, tanto en Argentina como en la Roma. Te toca enfrentar a un rival que por ahí lo tiene un compañero en su equipo y te cuenta un detalle. Eso hace crecer al grupo.

–¿Te recuerdan a Walter Samuel en la Roma? Él era Il Muro, vos Il Comandante.

–Sí, sobre todo por la personalidad, el carácter, las ganas de los argentinos, que somos los más parecidos a los italianos. Que aprecien la actitud que tiene el jugador argentino es lo que trato de hacer desde que llegué al club.

–¿Vas a retomar Medicina?

–En Argentina, antes de irme al Sevilla, hice dos años en la Universidad de Buenos Aires. Pero después dejé. Cuando empecé primer año estaba en inferiores de Ferro y en segundo ya estaba jugando en la Primera. Iba a entrenarme a la mañana y después a cursar a la tarde, a veces de una a ocho. Lo llevaba, compaginaba. Pero cuando pasé a Primera se me complicaba más. A veces jugaba entresemana o tenía que viajar a otras provincias de los clubes de la B Nacional, a San Juan, Mendoza, Salta, y también los entrenamientos cambiaban de horario. No sé si retomaré. Pero a veces hablo con el doctor de la Selección, Daniel Martínez, sobre todo cuando surge alguna lesión y estamos de viaje, en el día a día. Ojalá nadie se lesione de acá al Mundial.