Tres de cada diez bonaerenses creen que a Santiago Maldonado “lo tienen los mapuches” para dañar al Gobierno PRO. El dato, publicado hace una semana por este diario, surgió de una encuesta realizada por DICEN. La hipótesis, aunque suene disparatada, no nació de un repollo: es instalada y alimentada desde el primer momento por el propio gobierno para diluir su responsabilidad.

Dos episodios de esta semana abonaron la operación oficial. 

El pasado miércoles 13, Clarín publicó un supuesto “documento secuestrado en el campamento del grupo Resistencia Ancestral Mapuche (RAM)” que hablaba de crear un “golpe de prensa”. El artículo afirma que ese “documento” -un manuscrito- fue secuestrado “el mismo 1° de agosto cuando desapareció Maldonado, en su campamento ubicado sobre la ruta nacional 40”. Unos párrafos después, sin embargo, la nota afirma que el texto “propone tener un ‘discurso más agresivo, más provocación aprovechando que anda TN por la zona’, en alusión al equipo de ese canal de cable que había viajado a Chubut para investigar el caso Maldonado”. Un detalle: la desaparición de Santiago ocurrió en la mañana del 1 de agosto, pero recién se denunció al atardecer. ¿Acaso TN “estaba en la zona” para investigar un hecho que aún no había ocurrido? ¿O el mentado documento, como parece, fue plantado en la causa para abonar que “la denuncia de los mapuches fue armada”, como sostiene el artículo?

En la nota, Clarín admite que el manuscrito fue cedido por “fuentes del Gobierno”. Un día después, el secretario de Seguridad Interior, Gerardo Milman, sembró sospechas por mano propia: “Acá hay un dato al que nadie le presta atención -dijo el funcionario en radio y tevé-. Los canes identificaron que las tres prendas tienen olores distintos. La única prenda que tiene ADN de Santiago es el buzo. El día 16 de agosto, cuando se hace el allanamiento, los perros detectan los rastros de las tres prendas en lugares distintos al primer rastrillaje del día 5. El juez le preguntó a los policías de Santiago del Estero qué antigüedad podían tener esos rastros. El responsable de los canes dijo que no mayores a 24 horas. Entonces, si ese rastro estaba presente en el Lof no más de 24 horas previo al 16, se puede sacar una conclusión”, afirmó el funcionario, sugiriendo que Santiago podría haber estado vivo, en el Pu Lof y con el buzo puesto, el 15 de agosto, dos semanas después de su desaparición. Las pruebas del expediente, sin embargo, demuelen la sugerencia de Milman: el buzo fue entregado al juzgado el 8 de agosto. O sea, ocho días antes de que se reiterase el peritaje con los perros. ¿Cómo hizo Maldonado para tener el buzo puesto el día 15, como sugirió el funcionario? ¿Alguien del juzgado se lo acercó?

Su fue así, la conspiración criminal mapuche es mucho más sofisticada de lo que imaginamos. O, simplemente, Milman mintió. Como antes lo hizo su jefa, Patricia Bullrich, cuando acusó a la familia de haber demorado la denuncia por el paradero de Santiago. O cuando dijo que su jefe de gabinete, Pablo Noceti, pasó por el epicentro de la represión por casualidad. 

Esta semana, el presidente Mauricio Macri se preguntó en relación al caso: «¿Cómo puede ser que se le mienta al juez y no pase nada?». Buena pregunta. A propósito, señor presidente: ¿Cómo puede ser que hace 48 días que hay funcionarios que le mienten a los argentinos y no pasa nada?  «