Por séptimo día consecutivo, miles de personas salieron a las calles de Brasil para pedir la renuncia del presidente Michel Temer –por estas horas en China-, surgido como jefe de Estado tras la destitución de Dilma Rousseff en juicio político, el miércoles pasado, y reclamar elecciones anticipadas.

La mayor manifestación se registró en San Pablo, donde según los organizadores se lograron reunir unas 100 mil personas en la avenida Paulista, centro financiero de la ciudad más poblada de Sudamérica, en una marcha encabezada por dirigentes políticos y sociales que acusan a Temer de «golpista».

«Temer desde China declaró que quienes se manifiestan en su contra son 40 personas, ahora le estamos demostrando que estamos multiplicando por miles», dijo Guilherme Boulos, líder del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST).

El senador Lindbergh Farias, del Partido de los Trabajadores (PT), y la candidata del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) a la alcaldía de San Pablo, Luiza Erundina, encabezaron la manifestación que pidió «Elecciones ya».

«Este será un proceso de resistencia largo, es un gobierno surgido sin votos y con una agenda que nadie votó», le dijo a Télam uno de los manifestantes, Marco Aurelio García, quien fue asesor de asuntos internacionales de los gobiernos de Rousseff y de Luiz Inácio Lula da Silva.

Temer hizo su debut internacional en China, durante su participación en la cumbre del G-20, desde donde declaró que quienes se manifiestan en su contra cometen «delitos» y «son unas 40» personas.

La semana pasada, durante cuatro noches seguidas, manifestaciones «contra el golpe» terminaron con violencia en San Pablo, con represión policial, enfrentamientos y destrozos de vidrieras y automóviles.