En las redes sociales se genera un microclima en el que una pequeñez cobra un valor notable. O bien lo importante pasa a ser exageradamente excluyente.
Así, desde la pelotera entre Irán y los Estados Unidos, cada vez son más los tuiteros que mueren arengados entre sí, convenciéndose unos a otros de la llegada inminente de una tercera guerra mundial, y con ella, del fin del mundo.
“Esto es todo una conspiración, ahora viene una guerra y luego explosiones y destrucción por todos lados, como predijeron Parravicini y Nostradamus.” Ese fue el mensaje que desató una ola de terror y de violencia en Twitter y provocó que millones de usuarios se suicidaran o suicidaran a otro.
“En enero las redes fueron una carnicería humana y nada parece indicar que febrero vaya a ser distinto”, asegura un experto en Twitter. Y sostiene que “a este ritmo, en 2022 faltará agua, litio y tuiteros vivos”.