En la sede central del PSOE, el mítico edificio de la calle Ferraz, la conocen simplemente como Mónica Silvana. Nacida en Buenos Aires, Mónica Silvana González se crió en Esquina, Corrientes, y, egresada de la Universidad Nacional del Nordeste, emigró a España a fines de los ’90. En Alcalá de Henares construyó una carrera dentro del partido que está en el gobierno desde junio de 2018 y, tras el triunfo del domingo pasado en las generales, ahora ella postula a una banca como eurodiputada para los comicios del 26 de mayo. En charla con Tiempo, González habla de las posturas que piensa impulsar, como renovar los postulados del Estado de bienestar y luchar contra las derechas neofascistas y la creación de un ejército europeo por fuera de la OTAN. Pero también de Cataluña y de cómo impacta la crisis de Venezuela en la actualidad española, habida cuenta de que Leopoldo López se refugió en la embajada de ese país tras la intentona golpista del martes. «Va a ser una legislatura apasionante porque deberemos dar una vuelta a los inicios, a cómo se fundó la Unión Europea, que era no sólo compartir el hierro y el carbón sino un Estado de bienestar», adelanta.

–¿Cómo sería esa agenda?

–Una de las cuestiones es buscar un seguro de desempleo europeo donde te puedas mover por diferentes países y no pierdas una mínima cobertura social. También una nueva fiscalidad europea más homogénea. Hay algo clave: cuando la derecha dice que va a bajar impuestos, debemos preguntarnos por dónde nos van a quitar. Si en salud, en educación, porque nada es gratis.

–Esa política va en contra de los aires que se respiran en Europa salvo en Portugal, ¿podrán lograr esos objetivos en este contexto?

–Buscamos recuperar la socialdemocracia europea. Portugal y España son el modelo antagónico a lo que viene de Europa desde hace años. A partir del gobierno del PSOE se abrió una nueva vía para muchas cuestiones como discutir nuevas políticas migratorias y la redistribución de ingresos. Otro de los temas es dotarnos de un ejército europeo.

–¿Fuera de la OTAN?

–Efectivamente. Es una idea que viene cuajando en varios países y que llevamos en nuestro programa. Tener una fuerza propia y no depender de la OTAN pues con la deriva de EE UU con el trumpismo se aleja de los posicionamientos en Derechos Humanos que defendemos. Vamos a intentar tener un grupo socialdemócrata con suficiente fuerza, un muro que contenga el avance de la derecha que intenta destruir Europea. Quizás tengamos que explicar que Europa se construye desde los 179 municipios que tenemos en Madrid.

–Alguna vez dijiste que Madrid, precisamente, es la comunidad con más desigualdad de toda España.

–Es la comunidad más importante de España, con los indicadores más altos del país, pero también los índices de pobreza más altos. Los sindicatos hablan de que casi 170 mil niños no tienen garantizada una comida al día. He sido cuatro años diputada en la Asamblea de Madrid y hemos trabajado en eso. No hemos inventado nada los socialistas sino sacamos los manuales de siempre, de la redistribución, de los derechos sociales. Estamos en un momento clave: parece que el tema es si volvemos a discutir aquellos viejos temas que se debatieron hace 40 años en España o si avanzamos hacia una sociedad más inclusiva donde personas como yo, inmigrantes (somos casi el 10%), podamos ocupar espacios de responsabilidad política.

–Uno de esos temas es Cataluña. Hay gente que me dijo: «Por suerte estamos en la UE, si no ya nos estaríamos matando, porque los españoles somos muy salvajes».

–Al PP y a la derecha les interesaba que creciera el independentismo y el independentismo vivía a costa de que en La Moncloa nunca se los recibía. Era un bloque enfrentado pero que se retroalimentaban entre ellos. Lo que propone el PSOE, y no de ahora, es una reforma constitucional donde se busque otro anclaje de Cataluña dentro de la Constitución.

–¿Cómo sería ese anclaje?

–Habíamos propuesto una comisión para estudiar una reforma constitucional cuando éramos oposición y el PP la dejó morir. Y el tema es que estuvieran los independentistas, para ser parte de la reforma. Pero nos acusaron de querer pactar: lo que se trata es de abrir una tercera vía. ¿Cuál será la solución? No lo sabemos. Cuando te sientas a negociar no sabes cuál va a ser el resultado final. Es cierto que hay límites y por tanto no va a haber declaración de independencia ni una cuestión de unilateralidad. Queremos a Cataluña dentro de España.

–En estos días arreció la crisis en Venezuela, donde el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, que promovió una mesa de diálogo que la oposición hizo fracasar, pide a gritos evitar un derramamiento de sangre.

–Somos un partido europeísta para lo bueno y para lo malo. Nuestra propuesta siempre fue tomar una decisión en la que no estemos solos. Somos la puerta de entrada de Latinoamérica y tenemos vocación de tener una relación directa con Latinoamérica, pero no queremos tomar un posicionamiento individual. Buscamos una unanimidad de posición en el Parlamento europeo. Acá la derecha buscó dividir y confrontar con el tema de Venezuela y dividir a los venezolanos, que son el principal grupo que está solicitando asilo. El gobierno español ya se pronunció contra las propuestas de EE UU y la locura de Trump, aunque no podemos negar la situación ni el clima social de Venezuela.

–Parece que todos los canales de diálogo estuviesen clausurados.

–En la Internacional Socialista que se desarrolló en República Dominicana (en enero pasado), a la que asistió Pedro Sánchez como vicepresidente, se estableció no seguir apoyando y sostener al gobierno de Maduro. Ahora nuestro gobierno se pronunció contra el golpe. Esa es nuestra postura.

–¿Cuál debería ser la respuesta ante el Brexit?

–Queremos que el Reino Unido siga formando parte de la UE y no pasar por sobre su soberanía, pero tendrán que decidir ellos si se quieren ir definitivamente. Nos preocupa cómo se gestiona el divorcio. Mucho del desarrollo español se vincula a los mercados británicos, muchos españoles viven allí y una gran población inglesa vive aquí, en nuestras costas, en Valencia, en Baleares, en Canarias, muchos hasta son alcaldes de municipios españoles. Defendemos que no se vayan, pero que lo digan de una vez, no podemos estar jugando a una inestabilidad que juega con la inestabilidad de todo un continente. «