Está bien, merecía una vuelta, más si se recuerda  los ciclos más importantes del canal.  Por eso  Telefe lo puso al aire, porque sabe que lo que funcionó puede andar bien. ¿Cuántas veces nos reímos de los argento de Casados con hijos? El comodín de Los Simpson siempre está y esta telenovela marco un antes y un después. Una buena historia, interpretaciones impecables, un final recordado, a pura lluvia de papelitos en el mítico Estadio Luna Park  con 39.5 puntos de rating en su capítulo final. Por eso Telefe apostó, de nuevo, al recuerdo de uno de sus grandes éxitos  y Montecristo estuvo en el ciclo que recorre lo mejor de los 30 años de la señal.

La verdad no fue muy visto: marcó 4.6 puntos, quedó segundo en su franja y es la emisión más baja en lo que va del ciclo de rememoraciones. La novela de la tarde, para que nos demos una idea, una lata turca llamada Y tú quién eres fue nuevamente el programa más visto del día, con 9 puntos), pero no podía faltar. La trama tenía de todo: era narrada a través de la historia de Santiago Díaz Herrera, quien luego de ser traicionado por su mejor amigo -Marcos Lombardo- pierde todo. Concretamente, la trama se centra en como -10 años después- Santiago regresará para recuperar lo que algún día tuvo, vengándose de quienes lo «traicionaron». La sed de venganza fue el motor de esa ficción que marcaría un nuevo estilo, en el que temas de actualidad se incorporarían a las ficciones diarias

Es inevitable las palabras de alabanza para la impecable actuación de Oscar Ferreiro, el villano de aquella ficción que ya no está entre nosotros (el actor murió 3 años después de aquel enorme éxito), entre los puntos más altos, junto  a la también magistral participación de Roberto Carnaghi, así que poder  volverla a ver en la tele, sin tener que buscarla en Internet (donde está, obvio) fue una alegría. La historia que se emitió por primera vez en abril de 2006 con 27.4  puntos de encendido y  ganó el premio Martin Fierro en los rubros telenovela, actor y actriz protagónica, actor de reparto, revelación y participación especial.  No sólo eso, aquella noche de premios  terminó llevándose el Oro.  

En la previa al homenaje que le hizo el canal a aquel éxito  que era adaptación a la contemporaneidad de la obra El conde de Montecristo de Alejandro Dumas hablaron  algunos de los protagonistas: Pablo Echarri, Joaquín Furriel y Paola Krum. «El sueño del pibe, uno de los personajes más lindos que un actor puede interpretar. Éramos un equipo maravilloso, por eso atravesó la pantalla y  llego a ser, el punto más alto de mi carrera, sin duda», señaló el primero.

«Una de las ficciones más importantes que hice por el fenómeno que fue. Ese final en el Luna Park no me lo olvido más. Marcos Lombardo, un personaje que me invitó interpretativamente a trabajar muchísimo, crecí mucho como actor lo disfruté muchísimo. Y el elenco extraordinario, los libros, la producción, dirección, no tengo más que palabras de agradecimiento», destacó el segundo. «Ser parte de Montecristo, fue ser parte de esos milagros que se llaman éxito, que no pasa siempre. Éxito por muchas razones, el furor de audiencia, era muchísima la serie que estaba comprometida con la historia, se sabían todos los detalles y me paraban por la calle. También fue un éxito el encuentro amoroso de todos los que éramos parte del elenco, los autores, directores, equipo técnico. Estoy feliz de que se vuelva a emitir, yo también la voy a ver», apuntó la protagonista femenina.

Ver las escenas del primer capítulo en la pantalla chica, 14 años después, fue muy grato  para sus seguidores. Añorar  y ponerse a ver algo que nos gustó mucho es  casi una fija en medio de la extendida cuarentena por coronavirus, pero quizá falto comunicarlo más y muchos no se enteraron, porque la ficción tuvo en las redes sociales rápidamente una enorme repercusión, pero los que estaban frente a la tele, no eran todos aquellos que la vieron en su momento.

En el microclima de Twitter la cosa siempre es algo distinta y  la corcada de tendencia para los noctámbulos del pajarito azul fue algo inevitable, y llegó sin fijarse las mediciones tradicionales. Allí era destacar lo que la novela provocaba en cada quién, era hacer un meme, un chiste, buscar un frase ingeniosa y cargada de nostalgia para hablar de la novela. Quizá esto hable de la franja etaria de los que usan Twitter o  de la marca que dejó la producción en los que la siguieron. Vaya uno a saber. El arma de  de la evocación emotiva funciono pero de manera distinta. O quizás sólo fue cumplir con ponerlo y que lo disfruten los más fieles, los que sí o sí mirarían lo que se le ponga.

En este caso, aunque remanida, la estrategia de la melancolía, es merecida. Porque el que no la vio debería verla. Y el que la vio merece volver a emocionarse con una buena ficción como las que ya estamos extrañando.  Volverla a ver, plantea un desafío creativo, también. Que en este contexto no es poca cosa.